miércoles, 14 de enero de 2015

EL VIVO AL BOLLO…

Claro que sí: la escrita declaración de la superioridad moral
…y el muerto al hoyo. Como siempre, diana del refranero para describir la bajeza, o doblez, o hipocresía, de la condición humana. Hace días nos desayunamos el luctuoso atentado mortal contra estos artistas. Tocó desgarrarse las vestiduras, proferir el ¡ay! de la profesión y rémoras asociadas, las bienintencionadas (o arribistas) demostraciones de solidaridad y condolecía, la erección de la indignación, el orgasmo de la multitudinaria manifestación, y… ahora… ahora… El vivo al bollo… olvido…

Ya lo he visto antes. En numerosos atentados en España. A llamarlos hijos de puta y cabrones y lo demás; la ira popular se galvaniza y disipa en una macromanifestación inútil, pensando que cambiará algo, pero luego, ¡a lo nuestro! ¿Quién recuerda a los muertos? ¿Por qué los asesinaron? En breve: alguna mente preclara, como la que pretende eliminar los piropos, o prohibir la Semana Santa, declarará que se lo buscaron, porque no conviene tocar según qué turbantes, y… Hasta la próxima, donde reiniciaremos el juego morboso que concluye en no tomar acciones directas y drásticas para evitar que esto se repita otra vez.

Ya hicimos la masivomacromanifestación. ¡Qué canguelo tendrán los de los AK 47, en sus guaridas, contemplando esa concentración de indignación inane!

Nada, nada. Es la Humanidad.

Vuestro Scriptor.