Romance, envidias, odios y fantasía en una peli que algunos consideran han envejecido mal. Puede. O sólo que sus fines de entonces ya no contactan con nuestro acelerado hoy |
Hay que
ser indulgentes con algunos títulos de Década 80, esa eclosión de maravilla e
ilusión que, según transcurren los lustros, más maravillosa se nos antoja, como
el del afiche que expongo (obra del gran DREW STRUZAN). Y más, cuando se trata
de una película destinada a un delta determinado de público (esta, en concreto,
a las parejas enamoradas que no querían ver una machada repleta de tiros como RAMBO), con cierta sensibilidad a flor
de piel.
Limitémonos
a disfrutarlas, apreciemos/valoremos cómo el cine ha ido
"evolucionando" (o lo contrario, según algunos), notemos cómo los
planteamientos parecían más puros e ingenuos, como aparentábamos nosotros, y cualquier
cosa nos contentaba o maravillaba.
Pienso
que nos han adulterado de tal forma a base de SFX digitales e hiperviolencia
(eso es culpa del cine de Hong Kong: no bastan tres balas para matar a un tío:
sino tres cargadores, frivolizando de paso algo tan grave como la agresión y el
sufrimiento) que han aletargado nuestro paladar, embotándolo hasta impedir
solazarse con placeres más sencillos y añejos.
Procuremos
esa indulgencia. Porque ¿cuál es la película perfecta moderna? ¿Qué elementos
la describen?