sábado, 6 de febrero de 2021

MAD MAX LEGISLA EN LA TIERRA MALDITA /2 — COMPARA, CAVEAT LECTOR

 

¡Sangre para SATANUS! Un muy
apuradísimo ardid salva a DREDD
de ser comido. La clave, en todo
caso, es "sangre"... y poste

Empiezo, esta vez, reconociendo que la apreciación es más apurada. Bordea lo difícil de aceptar. Empero, y siendo mi único superpoder (y vaya birria de superpoder) advertir relaciones donde, aparentemente, no las hay, establezco los enlaces que, quizás, una vez explicados no sean tan inverosímiles como aparentan.

Seguimos, por tanto, realizando cotejos entre el serial Judge Dredd legisla en la Tierra Maldita (la hazaña de cruzar el páramo que es su Estados Unidos, plagado de mutantes y demás letales singularidades, recuerdo) con Mad Max. Mas, esta vez, con FURY ROAD. Sabemos que, durante un buen rato, Max, preso de los MEDIA VIDA de INMORTAN JOE, está atado al frontal de un buga tuneado Mad Max y allá que va, el hombre, pasándolas putas páramo adelante durante el combate entre tanto perturbado.

En un episodio, Dredd arriba a un ruinoso Parque Jurásico (al loro: cierto; ¿MICHAEL CRICHTON sacó la idea de esa historieta?) donde unos supervivientes enloquecidos tributan a SATANUS, tiranosaurio genéticamente modificado, víctimas humanas atadas a una columna, como muestra la ilustración de MIKE MCMAHON, de nuevo. ¿Objeto? Saciar el apetito del monstruo; que no atacase la colonia. A modo, a Max lo atan a un poste y “sirve de tributo”, mediante su sangre, para preservar la vida de una comunidad.

Ahí ¿tenemos otra “emulación” entre ambos personajes, hermanándoles de nuevo? Considerando que uno de los guionistas de Fury Road trabajó en Judge Dredd, no me extrañaría nada que sacase ideas de tan viejo aunque válido material…

lunes, 1 de febrero de 2021

MAD MAX LEGISLA EN LA TIERRA MALDITA /1 — COMPARA, CAVEAT LECTOR

 

Portada de MIKE MCMAHON, de los
los remotos años 70. El personaje
empezaba a cobrar fuerza con intrépidas
gestas como ésta, donde la carga de 
crítica social estaba más atenuada, e
imperaba la aventura pura y dura; el
heroísmo un tanto matizado empero

Desde que me aficioné a JUDGE DREDD siempre he sospechado que el guión de EL GUERRERO DE LA CARRETERA estaba escrito antes que el de MAD MAX. Si no completo, tal como lo conocemos filmado, diversos apuntes o esbozos que ya delineaban la película. Debió suceder que GEORGE MILLER no podía abordar tamaña empresa, carente de la adecuada financiación. Buscó, pues, una económica alternativa. Con la esperanza de recaudar lo suficiente como para poder rodar su proyecto.

Porque la idea seguía teniendo fuerza indómita y validez (esas ideas que se arraigan en la mente, moviéndose como un hambriento hurón, instando a cobrar cuerpo casi como sea, sensación incómoda que sufre todo creador serio) y buscaba un canal de expresión válido por el cual manifestarse en nuestro ancho mundo.

Sin duda, el serial Judge Dredd legisla en la Tierra Maldita (la odisea de atravesar el páramo que es su Estados Unidos, plagado de mutantes y demás singularidades letales) debió ser forzosa (o milagrosa) influencia del concepto que Miller concibió tras la lectura de esas viñetas. Difieren empero ambos personajes en que Mad Max es distópico relato trágico de un agente de la ley que intenta mantener el orden entre el caos de una Sociedad que se derrumba, perdiendo a su familia, mientras que Dredd es adoctrinada máquina legisladora que imparte sentencias, cuyos vagos parientes poseen relativa relevancia en su vida. Mas ¿no son ambos policías?

Miller tenía además una buena ventaja: no debía recrear la Tierra Maldita. ¡Broken Hill ya estaba ahí!

La bizarra pinta de los aguerridos salteadores punks de HUMUNGUS sustituía a los mutantes que Dredd vencía según intentaba llevar a Mega City 2, por tierra, las vacunas que curaran la plaga que asolaba la vasta metrópolis.

Un minuto o dos de atentas comparaciones, caveat lector, te mostrarán los paralelismos.