Conmemoro el Día de la Hispanidad con esta entrada. Voy a apostillarla,
sin embargo, apuntando lo siguiente: la peor hispanofobia no está en el extranjero, sino aquí mismo. Ideologías confusas han creado una pseudomitología adversa y falsa de nuestra colonización de las Américas para alimentar un sentimiento de culpa e inferioridad
frente a naciones como Inglaterra o Francia.
Al mismo tiempo, mientras critican la
existencia de fronteras, solicitando desaparezcan, apoyan sin reservas a
quienes quieren levantar fronteras territoriales, culturales, idiomáticas, dentro de España en base a fraudulentos conceptos
"históricos" muy adulterados.
Es una hipocresía, cuando menos. Me
parece.
Por otra parte, a los hispanófobos de las Provincias Colombinas quiero
recordarles que ellos gozan de países
propios, con cultura, moneda, legislación,
etc.. (Que sus gobernantes los hayan convertido en desastres es cosa ya de
ellos.)
Mucho peor les fue a los nativos del Norte
de las Américas con ingleses y
franceses. Ni apaches o siuox tienen una Nación Apache, o Sioux, dentro de las fronteras de Estados Unidos
(paradigma a aplicar a los aborígenes
australianos o canadienses). Son abstracciones casi de relato del Far West.
No es censurable la colonización inglesa o francesa, mucho más devastadora, pero sí la española. Otra... hipocresía.
Como Roma, España civilizó, para bien y con sombras, aquellas tierras al uso de aquellos
tiempos. Intentar ahora juzgar usos de hace medio milenio, en virtud a
actitudes actuales, es estúpido.
Como llevar a los espartanos al Tribunal de La Halla por delitos contra la
humanidad.
Pero si estamos en esa ronda de memeces progresistas,
demandemos a Roma por habernos traído
la arquitectura, las leyes, los acueductos, las calzadas, la economía, el censo, los foros, teatros y coliseos,
en esa época en que nos
invadieron.