Hace semanas escogí una portada
de este serial para ejemplificar qué locura creativa se apoderó de Marvel
durante parte de Década 70; dejaban atrás la "patriótica-belicista"
de Década 60 (estigmatizados por la guerra de Vietnam —que se lo pregunten a TONY
STARK o FRANK CASTLE, si no—) e incluían inquietudes más sociales, raciales,
aun ecológicas. De nuevo, esta saga, paradigma.
Eso sí:
Ahora que estoy releyéndola, descubro el
inmenso desfase que hay entre sus primeros circenses números y lo que DON
MCGREGGOR y CRAIG RUSSELL hicieron después. McGreggor vuelca una espesa diarrea
literaria cuyo único objetivo parece la autocomplacencia del escritor por
amontonar tontos diálogos y fatuos cartuchos de texto poblados de
"inquietudes sociales"... o lo que él las consideraba.
Esas aburridas e intrascendentes páginas,
en todo sentido, sugieren que nadie supervisaba la serie. Ambos autores, sin
aparente control editorial, tomaron la serie como su parque privado y lo
estropearon como mejor les pareció. Empero un día los jefazos descubrieron que
esto se había vuelto una plúmbea mierda presuntuosa, y alarmados dieron el
tajo.
Lástima, pues prometía la premisa.