Una figura solitaria desafía el ocaso |
A falta de color, este avance. Seguro su trabajo
final hará resaltar aún más la imponencia de la historia, que bebe/tributa
tanto/tan directamente de las películas de catástrofes de Década 70. Ya he
comentado que es incluso un estudio de la mitomanía y sus secuelas.
También antaño referí que suelo realizar
bocetos de algunos momentos, o personajes, de mis historias. (No soy el único.)
Ese material gráfico puede emplearse a posteriori de soporte o
promoción. Empero tiene un valor añadido para mí (no soy el único). A saber:
cada trazo, complemento, cicatriz… elementos similares a priori de
escasa relevancia en el total, acaban contando una enriquecedora historia
inesperada que pueden hasta alterar el concepto original.
Un recuerdo constante que tenía según
realizaba el boceto, como de los anteriores donde aparecen los DomoPlejos, era
que dentro residen embotellados cincuenta millones de personas que se
consideran las últimas del planeta; no tienen contacto con el exterior, tenido
por una abrasadora Tierra Maldita transitada por Vándalos Malditos, aún menos
con los otros DomoPlejos. Adoctrinados con la certeza de ser los únicos-últimos,
¿qué psicología, conducta, desarrollan?
Y más sabiendo que, al cumplir los
veinticinco… deben morir.
Y más aumenta el intríngulis saber que cada DomoPlejo cuenta con leyes diferentes; son recintos herméticos donde una malévola inteligencia suprema experimenta, adoctrina, manipula, a sus habitantes con un siniestro fin…
Vean ustedes cómo es el subconsciente; me la ha jugado, sui géneris |