Quiero reiterar el grado de detallismo que el autor de la portada ha plasmado en El Monte |
Entre los siempre sugestivos contenidos
de la última actualización de Sitio de Ciencia Ficción descubro la laudatoria e incisiva apreciación sobre mi reciente ‘hijo’ literario, que
comenta tanto el texto en sí como qué sombras pueden moverse tras el agitado
cortinaje de la gráfica ultraviolencia descrita.
En resumen: delata mis filias y fobias políticas.
Son cosas del día-a-día. Por otra parte: cuando te enfrentas a un titán
despótico empeñado en convertir el mundo en una antiutopía so pretexto de crear
una utopía (en plan URSS, vaya —menuda ‘utopía’, ésa—), no puedes pensar sino
de manera opuesta.
GABRIEL T no es, por otra parte, un
luchador por la ‘democracia’ que la falsa “benevolente” Pax Corporativa
(Capitalismo Salvaje bien disimulado) podría representar. Tiene una postura muy
cínica, al respecto, al haber podido comparar sistemas, y descubrir su
superficialidad de diferencias. Es un chaval suicida aturdido, víctima de un
brutal coeficiente de inteligencia, atrapado en engranajes de violencia,
contradicciones, brutalidad y su temprano drama personal. Vive en perpetuo estado
de tensión; de ¡van a atraparme! para convertirme en un instrumento asesino
perfecto.
Y no sólo la Pax PragmaSoc que combate; también
su entorno le reserva ese “bien querer”. DAMA DE PICAS, su mentora/protectora/maestra,
a veces adopta sesgo de “Pienso explotar
en beneficio de nuestra vieja causa (los ÚLTIMOS COWBOYS) al chico”.
¿Empezáis a entender la vida de Gabriel? ¿Querrías ser él?
Dado nuestro clima de populismo de
izquierdas (basado en la rabia y el ODIO, no nos engañen sus sonoras Proclamas,
y cuyo paladín literario es el “Purificado” STEFAN ROSLOV), escribir con aire
conservador hace a Soguetto novela desafiante, divergente con la
mayoría inclinada al fatuo progresismo que no debería confundirse con progreso.
Así espero estar defendiendo, al tiempo que agradezco la reseña, una historia
“de un posible futuro” cuya ‘ideología’ es provocadora por ser, ahora,
políticamente incorrecta.