Hasta el año que viene, si antes no hay sorpresas |
Es ya tradición de este blog desear al
amplio aparato de lectores de estos espacios Fiestas Fecundas, desbordantes de
alegría, salud y buenos deseos, y un venturoso 2019.
La recapitulación del año (vertiginosamente
pasado) deja un balance agridulce, como es la vida en sí: altibajos que los
momentos agradables intentan compensar los que traen malas noticias y/o
decepciones. Mejor empero eludir esa materia y pasar, como también es
costumbre, al sermoncito navideño, para evitar que el fantasma de JACOB MARLEY
o alguno de sus socios nos agobie con una pesadilla antes de Navidad. (Hemos
cumplido, por tanto, con un deber “cívico”.)
Quienes denuestan las Navidades, abrazando
la saturnalia (todo por fastidiar, creen, a los curas), argumentan que, por
encima del concepto religioso (que no les impide, por otra parte, celebrar
Halloween, pagana, pero efemérides religiosa), la Navidad es un mercadeo,
consumismo. Todo es para gastar Gastar GASTAR. Puro capitalismo, vaya, sólo que
adornado de brillantes bombillas callejeras y papel de regalos satín-coloreado.
Estas personas sin embargo no tienen reparo
mínimo-nimio en soltar unas perras para que el cachorrito de la casa esté en la
onda norteamericana (lo digo por la potente infiltración televisiva) de PAPÁ
NOEL, KRIS KRINGLE o SANTA CLAUS. Agasajar a ese señor tripudo, ¿no es también caer
en un truco consumista? Parece ser: no. Lo malo y arcaico, encima monárquico y antifeminista,
es la Navidad y los REYES MAGOS. Lo moderno y laico es Papá Santa y sus elfos
Kringle (alimentados por la SEÑORA Claus, de ahí el feminismo que hace correcta
la celebración; claro, que la Señora Claus no sale de la cocina. Incumple el paritarismo, pues no reparte regalos
chimenea abajo yendo en un trineo adecuado —color morado—. Todo el éxito es
para el Papá PITUFO del Polo Norte).
Reflexionemos, que son nuestras
tradiciones, merecen respeto, se hacen entrañables no por la salvaje descarga
de dinero que se invierte en estos señalados días. Sino porque son distintos a
los restantes del año; con luz especial en las vías y la esperanza de un mejor año
entrante, con excelentes intenciones incluso.
Felices Fiestas en la moderación y alegría.
PD: Los animales no son juguetes.