miércoles, 20 de noviembre de 2019

PESADILLA POSTHALLOWEEN PERROFLAUTA

La transformación que este dibujo ha
sufrido desde su concepción a este remate
ha sido casi asombrosa. Palabra

El 15-M (¿ustedes se acuerdan? Degeneró en uno de los supurantes cánceres —populismo podemita— que enferman a España), aquello que pretendía exponer el cabreo justificado de los españoles ante la completa inutilidad del Gobierno Totalitario entonces “gobernante”, acción de repulsa que fue hábilmente manipulada por los del verbo fácil y la palabra aún más ágil (había que ver quién estaba articulando todo eso, en la sombra, y con qué fin —un chalet de 600 mil euros en privilegiada urbanización madrileña—), engendró una peculiar palabra: perroflauta.

En plata: flojo universitario peluso fumeta republicano de Izquierdas armado de megáfono y con las ideas muy claras: no dar golpe en la vida, ser apalancado subvencionado in saecula saeculorum gracias al altavoz que pregonaba toda suerte de disparates progresistas y, a quien le llevase la contraria, pudiese tacharlo de ¡fascista! que, de inmediato, iba a tener quien le creyera/apoyara. En especial, el Gobierno del color (rojo) concordante con su ideología, o principios (o sea: la vagancia ilimitada).

Alguna vez, los perroflautas encontrarán fuerzas para fundar una familia, o simulacro. Sus hijos serán criados en una serie de patrañas y tonterías (muy al gusto del Gobierno —rojo— de turno) y, llegado Halloween, su Navidad (porque la Navidad es una fecha de fachas atlantistas clericales monárquicos judeomasónicos reaccionarios, ergo ellos no pueden celebrarla), toca cuento de terror. Para estar en consonancia con el día.

Y ¿con qué asustan a sus cachorros? Con que la Perversa Derecha Represora salva España haciéndola productiva y próspera. Para eso, hay que arrimar el hombro (léase: trabajar), y nada les produce mayor alergia… salvo decir “España”, pues destroza sus encías.

Lo que muestra la caricatura, vaya.