¡Qué buena pinta tiene! Pero... ¡si esto no es lo de CHANCLETAS DE CHAPA! ¿Otro robo más? |
Plagiando trabajos ajenos, ¿no iba a “tener
buena pinta”? Que a saber qué “pinta” es esa, pues conocido el percal, la impotente
inutilidad, la incapacidad para escribir un diálogo que no dé asco, risa, o
pena (más esto), escenas de increíble mediocridad y absurdos personajes, empero
todo enfoscado en tal pueril arrogancia que había que colgarla de los cornudos
cuernos de la cornuda Luna para acabar de verla, ¡natural roben ideas, tramas y
escenas que, ni en mil travestis años de travelismo forzado, podrían haberse imaginado!
Algunos padrastros alemanes tienen
hijastros así: flatulentos haraganes sinvergüenzas. Saquean a otros, limitándose
a poner su firma y ya está. Es todo cuanto saben hacer. Van recibiendo cornás de
las novias, cuan descalzos viajeros numerólogos micoteóricos, dándoselas de delicado
niño sensible literato, imitando esas irrisorias estampas del Romanticismo del
poetastro pálido/a base de absenta y láudano, que se desmayaba por nada, “incomprendido”
llorón enfermizo en fuga a su finca solariega para recuperarse, camelándose con
todas estas patrañas los
(imbéciles)
ingenuos corazones de las damiselas “poéticas”
para ver si las magreamos alguna cosa.
¡Chancletas
de chapero, espectacular! Vivi-vivencias de un chapero en chancletas de
chapa por pueblerinos parajes, coleccionando piedras extrañas y llevando a
cuestas el infantil plagio en pop-up realizado
acá/acullá/allá, convenciendo al mundo de que es cosa suya Suya SUYA, de nadie
más. ¡Chancletas de chapero! No es
cosa mínima-nimia. Pronto, en cines. (Que será como el de la película francesa:
otro plagio.)