miércoles, 15 de julio de 2020

¿FEMINISMO A MEDIDA? — ¿EN QUÉ QUEDAMOS?

La CAPITANA MARVEL parece de moda
y, de paso, me sirve de ejemplo del
sexismo
misógino que por un lado censuran y, por
otro, ayuda de puta madre magistral a
vender el producto. ¿En qué quedamos?
Ellos mismos no permiten términos medios.
Lo encaran como una lucha total, a muerte,
sin concesiones, treguas o prisioneros

Mientras las sacudidas, in crescendo, del neopuritanismo censor impulsado, curiosamente, otra vez repito, por las progresías que “desmontan” la amenaza machista por doquier, acribillando cuanto avinagre sus selectos/sensibles paladares veleidosos, llamándolo “misógino” (el caso paradigmático de GERRY CONWAY, que vivió de las “misoginias” Marvel décadas sin causarle problemas de conciencia perpetuarlas, y ahora las critica, en lo que es un despreciable esfuerzo por llamar la atención, traducido: ganar unas perras a cambio de generar polémica estéril), y propugnando la imagen de la “mujer natural” (velluda, sin maquillar, con los ásperos y desagradables modales de un carretero, aunque muy consciente de sus metas —que siempre tutelará un “amable líder”, empero, por respeto a su joven edad—), energía que condena los estereotipos sensuales y/o sexuales procedente de los Estados Unidos de las Américas, ¿cómo se concilia eso, con la imagen adjunta?

Porque, una de dos: o quieren pese a todo eternizar los estereotipos “sexistas-misóginos” fetish que atraen a los freakies turbados con las relaciones sociales adultas, su principal clientela, ya que las nacionalfeministas “abiertas a las viñetas” ni se dignarán a ojearlas u hojearlas (cosas distintas, bujarrón inculto), o esperan atraer al mercado lésbico con la oferta de tías buenas en portada que conciten sus fantasías íntimas. El vicio: vende.

Puestos a respetar los principios del neopuritanismo nacionalfeminista censor, Marvel debería, pues, presentar unas forzudas hirsutas ataviadas con sacos de arpillera y manos como palas, no seductoras sílfides en fetish total.

¿En qué quedamos? Además de confundir, esos vaivenes están destruyendo la industria del TBO, y otros medios de ocio, apunto, víctimas de un ansioso deseo de complacer a las minorías radicales/raciales-sexuales (que no compran cómic), insertando insulsos elementos “de género” a porrillo, tantos que ni dejan sitio para contar una historia digna, ni sus autores saben ya cómo hacerlo, asustados con el que les llamen sexistas o racistas.

¿Caso? La Patética Trilogía de STAR WARS concluida en Diciembre.