Impactante afiche para llenar la sala. La alegoría de ver la ESTATUA DE LA LIBERTAD ruinosa ya previene del estado general de Norteamérica, El Sueño se ha convertido en una pesadilla totalitaria |
ESCAPE
FROM NEW YORK, título
original de esta cinta de JOHN CARPENTER, es un antológico icono lleno de la
antropología de los más variopintos personajes del tebeo, empero en función a su
trama intrínseca. Consolida la imagen del antihéroe, el nihilismo, el recelo
hacia los poderes públicos establecidos, supuraciones de la derrota en Vietnam,
al estrenar esta tenebrosa distopía sobre el desmoronamiento de la Tierra de
las Oportunidades y cómo su más reluciente joya, Manhattan, queda convertida en
una gigantesca penitenciaría regulada por sus reclusos.
La policía-paramilitar (un vago bosquejo de
los Jueces de Mega City One) sólo debe ocuparse de que nadie huya de la isla. Cuanto
pase allá, cosa de los presos es.
Obra propia de la Guerra Fría (la que PUTIN
nos ha devuelto invadiendo Ucrania), para la posteridad (y nuestro disfrute freakie) queda el escéptico SERPIENTE Plissken,
que tiene por delante su más importante misión: salvar su vida procurando la
supervivencia de un hombre al que, sin duda, ODIA. Paradojas de la vida.
Creo que Carpenter hizo algo más que contar
esta "parábola" de un futuro desasosegante: puso de moda el tebeo en
Hollywood. Reformuló la producción de filmes, sus conceptos, dejó de parecer vergonzoso
apoyarse o inspirarse en las viñetas para hacer una excelente película, algo
que durante toda la década explotaron a fondo, como numerosos ejemplos confirman.
El Parásito Real, el cine, encontraba otra fuente de la que sorber talento para
seguir existiendo. Sólo un mediocre estúpido cornudo arrogante no puede
comprender concepto tan sencillo: cuánto debe el cine al TBO.
CALLES
DE FUEGO imitó bastante el
formato, aunque lo disimuló con una fabulación del rock and roll cincuentero para despistar.
Felicidades, Serpiente.