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El añejo TELEPROGRAMA a unas económicas 20 pesetas nos anunciaba semanalmente un hito televisivo. Me gustaría revisionar esto; seguro ahora lo contemplo con mayor tolerancia y afecto |
Muy infante vi el afiche de la película y su
contenido me provocó gran fascinación. Intriga. Misterio. Interés. Perduraron.
Hasta que echaron esta serie, en 1982.
¡Vaya desencanto! Había visto ya EL
GUERRERO DE LA CARRETERA y toda historia de ese corte de supervivientes tenía
ya su patrón/medida. Menudo cagao, el LOGAN este televisivo, fue mi torva
conclusión. Era el GALÁCTICA (sad copy de LA GUERRA DE LAS
GALAXIAS) de los supervivientes extremos. (En mi defensa alego que, entonces,
ignoraba que la TV y las películas —medios económico$ aparte— tenían distintos
modos morales de mostrar según qué contenidos).
Después vi la película, ¡al fin! Empero la situación
apenas mejoró.
Al poco, leí la novela, y, ya he confesado,
en su primera lectura esto amenazó naufragio. Su segunda lectura sin embargo la
elevó a grandes cotas (de mi estima literaria). Vi cosas que antes había despreciado.
Durante más de 30 años me ha carcomido ese
prurito; reconocía había estimulante médula en el concepto. Merecía explorarse.
Dedicarle unos verbos. Vencí mis escrúpulos, ese del "qué dirán", y de
un tirón escribí RUNNERS.
¡Quince días tardé entre borrador, corrección, pasado a limpio, nueva
corrección!, añadiéndole al apreciado concepto un cruel enfoque mucho más
siniestro (lo característico de los HERMANOS FORSON).
Atreveos: ¡leedla!