No pienso referirme, otra vez, al ¿chasco?,
¿atraco?, ¿tongo? de la edición del premio de ciencia ficción del nombre del ser mitológico en que fue finalista mi relato LAS GRAVES
PLANICIES. ¿Iba a servir de algo; hacerlo enmendaría aquella injusticia? Y, ojo, no digo que fuese a ganar yo. Pero sí que esperaba tener la oportunidad de competir en igualdad con el resto de novelas y que, por supuesto, venciera la mejor. Rendición ante la evidencia y aplauso al triunfador.
Sólo muestro este dibujo, de soporte y contenido promocional, para
la novela gráfica que actualmente ilustro y que exhibe el carácter indómito de
Terhli y la contundencia de sus puñetazos. Fijaos: tumbó al masivo engendro sin
usar Glamjolnir, su martillo. Es
fueeeerrte la niña de los tacones afilados, ¿eh?
Lástima no podamos derribar otros tantos
monstruos y sinsabores cotidianos así.
Vuestro Scriptor.
También en: http://unahistoriadelafrontera.blogspot.com/