jueves, 6 de febrero de 2014

ICONS

Ahí están, definiendo nuestra cultura quizás como pocas cosas más podrían hacerlo. Esto es un ejemplo de lo que he definido en mi obra como “CultuPop”, que reemplaza a una adusta, y poco comunicativa, cultura “ancestral”, convertida en un arma por ciertas elites. Son los nuevos mitos clásicos; reemplazan a los homéricos, a los de las runas, y contactan con nuestra actualidad de forma mucho más visceral que los AQUILES del ayer, semidioses góticos que fingían comprender a la Humanidad… siendo incapaces de hacerlo. Éstos sufren y entienden del dolor de nuestras pérdidas, el engaño, el olvido.

Efigies de antihéroes, que luego muestran, con su proceder, el aspecto más íntegro y desinteresado de su naturaleza, obrando en pos de un bien común que, en cierto momento, aun modo, les fue esquivo; les signó de enemigos; intentó lapidarlos. El heroísmo, y el ser del héroe, una materia que requiere reflexión.

Los actos definen mucho mejor que las palabras pronunciadas. Numerosas personas se refugian en los adjetivos grandilocuentes o la profusa prosopopeya para laurearse como excelencias, aunque sus pensamientos, y finalmente los hechos de su conducta, los muestren como son: ruindad, mentira, avaricia, envidia, ingratitud.

Vuestro Scriptor.