Ahí están, definiendo nuestra cultura
quizás como pocas cosas más podrían hacerlo. Esto es un ejemplo de lo que he
definido en mi obra como “CultuPop”, que reemplaza a una adusta, y poco
comunicativa, cultura “ancestral”, convertida en un arma por ciertas elites.
Son los nuevos mitos clásicos; reemplazan a los homéricos, a los de las runas,
y contactan con nuestra actualidad de forma mucho más visceral que los AQUILES
del ayer, semidioses góticos que fingían comprender a la Humanidad… siendo
incapaces de hacerlo. Éstos sufren y entienden del dolor de nuestras pérdidas,
el engaño, el olvido.
Efigies de antihéroes, que luego muestran,
con su proceder, el aspecto más íntegro y desinteresado de su naturaleza, obrando
en pos de un bien común que, en cierto momento, aun modo, les fue esquivo; les
signó de enemigos; intentó lapidarlos. El heroísmo, y el ser del héroe, una
materia que requiere reflexión.
Los actos definen mucho mejor que las
palabras pronunciadas. Numerosas personas
se refugian en los adjetivos grandilocuentes o la profusa prosopopeya para
laurearse como excelencias, aunque sus pensamientos, y finalmente los hechos de
su conducta, los muestren como son: ruindad, mentira, avaricia, envidia,
ingratitud.
Vuestro Scriptor.
También en: http://unahistoriadelafrontera.blogspot.com/