domingo, 9 de noviembre de 2014

“PICOTEÓRICO” — IRREFUTABLES PRUEBAS DE MIS CORRECCIONES

De aquí salen las capturas de pantalla,
reveladoras que avalan el comentario
Aprovecho un momento de ocio para destacar mi importante contribución a la aparición de este texto. Su autor, en un momento concreto, conforme mi ascendente en las letras aumentaba, con la publicación de RECALIBRADOS y LAS GRAVES PLANICIES, solicitó mi ayuda para que le corrigiera una novela en la que, con cierta engolada ampulosidad, admitía haber invertido incontables horas de anhelos y esperanzas.

Con buena voluntad, me sometí a la petición confiando encontrarme, en el texto de un novelista más que verde y principiante, alguna joya por pulir, y que, con la adecuada corrección, pudiera destacar.

Muy laboriosa es la carrera del escritor; no digo ya del autor consagrado; algunas firmas reputadas, con la crisis económica, están hallando verdaderas dificultades para alumbrar otro texto a la combativa palestra literaria. No digo ya de un bisoño, acostumbrado a narrativa corta, o ultracorta, donde podía manejarse bien. No es igual lograr hilvanar un pequeño cuento o párrafo, donde la dama Inspiración pudiera sentirse generosa, y donar una frase afortunada, a toda una novela.

La novela puede llegar a ser un astado difícil de lidiar; algunas adquieren identidad, por exagerar un poco, y tirarse aun un lustro para terminar de verle el rabo. Otras quieren ir pronto a la cama, saliendo del tirón. Pero, como veterano novelista, con miles de páginas a la espalda escritas, sé que no es esa tarea sencilla que en la TV o el cine aparece.

Y como las siguientes capturas de pantalla demuestran, el autor del texto no dio una materia grata con la que trabajar. Me vi con una sustancia torpe, desmañada, infantil, inhábil, sin estructura, compendio de ocurrencias repentinas que forcejeaban con agonía por respirar. Todo ese ampuloso cacareo de cuentista y ultracuentista no se veía por parte alguna. Sólo destacaba un amasijo de palabros y situaciones difíciles de articular coherentemente.

Unas pequeñas muestras. Hay más. Lo entrecomillado son las correcciones
que hago a un texto considerablemente pobre e improvisado
Pero me había comprometido a hacer algo con todo aquello, por lealtad de amigo, que, he descubierto, no ha obtenido su recompensa. Ni reconocimiento mínimo-nimio.

Lo de "estentoroso" ¡impagable! No son errores producto del despiste,
que atacan a todo escritor: son creencias voluntarias del autor
Muestro una pequeñísima selección de capturas de pantalla que demuestran qué extremo de impericia manifestaba el autor. Lo entrecomillado pertenece a mis indicaciones. Me consta que, en edición mejorada, todo esto ha redundado en su beneficio, dándole esplendor al acabado final.

Otro ejemplo. Para testimoniar que no se trata de un accidente; estamos ya
en el capítulo 6
Convendría, en nombre de la más elemental decencia, que el autor recordase las horas de esfuerzo que me costó leer y tratar de articular lo que de forma inexperta estaba escrito, donándole valiosos y pacientes consejos, y admitiese la deuda contraída. La evidencia la plasman, repito, las capturas de pantalla.

Vuestro Scriptor.