La manifiesta ingenuidad de la luminosa portada es hasta conmovedora |
Curiosa portada por su significativa
fecha: la Segunda Guerra Mundial estaba recién estrenada, como terrible colofón
a nuestra desgarradora Guerra Civil.
También es importante porque ¿por qué
Superman no impidió la matanza? ¿Dónde estaba mientras el III Reich llenaba
campos de concentración? Sus superpoderes le permitirían verlo. Qué sucedía en
ellos. Este claro emblema de la justicia y la libertad ¿por qué no se rebelaba?
Me temo que Superman fue tan víctima de
esas circunstancias como lo fue, por ejemplo, CHARLES CHAPLIN, a quien el
travesti J. EDGAR HOOVER, mandamás del FBI con un inconmensurable poder sin
embargo, tenía ojeriza y expulsó de Norteamérica a la primera ocasión que el
otro le dio... ¡por su postura antinazi!, filmada en El Gran Dictador. Por entonces, los nazis eran amigos de los estadounidenses.
Dado pues el hecho, Superman no podía ir
contra los avatares decididos por la política exterior USA, so pena de ser
considerado un traidor. Y como es de otro planeta, ergo inmigrante, ¡menuda le
podía caer! Debía mantenerse al margen, al menos, hasta que el CAPITÁN AMÉRICA
entró en liza para ganar la Tierra para la paz, la libertad, la justicia, la
tarta de manzanas y la forma de vida norteamericana.
El tosco grafismo de JOE SHUSTER, por
otra parte, impide saber si los tíos de la ametralladora son nazsi, japos,
chinos o qué. Qué contraste con los actuales dibujantes, que han magnificado la
imagen del último hijo de Krypton hasta niveles miguelanguélicos.