Un 2017 transcurrido en la deliciosa creación de las planchas de nuestra vigorosa BIANCA BLAZE |
La rápida recapitulación del año que en unas
horas fenece, atendiendo a parámetros de honestidad, arroja desigual balance.
Empezó prometedor aunque luego, en Mayo, empezó a estancarse. El verano, y más
en una tórrida ciudad como ésta, no podía sino rematar la faena. Debería
ocultar este detalle para hablar de gloriosos embustes, mostrar un oropel
deslumbrante de conquistas, triunfos, exposiciones, entrevistas... Pero las
mentiras tienen las patas cortas. Y el bochorno que luego sufres, cuando te
afean el detalle, no merece el disgusto.
En algunos aspectos, 2017 ha sido
fantabuloso, y al parecer, para 2018 se avecina un cambio. Que amenaza con ser,
nada menos, que a mejor. Ciertas mareas están moviéndose y agitando sargazos detenidos
desde hace tiempo en una dirección en este momento, incierto. Pero otros
indicios predicen una oportunidad excelente que no puedo para nada
desperdiciar.
No es momento empero para hablar de esa cosa
larvaria, mínima-nimia. Sino de desear que el año entrante nos resulte
espectacular; ése en que TODO se cumple de la manera más favorable, tanto para
nosotros como para nuestros intereses.
Como ocurriera en Navidad, expreso un deseo
de moderación y alegría para la festividad en ciernes a celebrar, y una programación
televisiva decente. Hasta 2018. Seguimos leyéndonos, ¿conforme?