Confiando no contribuir a la
degradación/decadencia de nuestras patrias costumbres culturales, dejo, como
viene siendo también habitual, esta ilustración, deseando que quienes lo
celebren lo disfruten con prudente moderación y alegría (y disfraces que
merezcan la pena).
Mañana dicta la costumbre visitar los
cementerios; buen día para los floristas, que ven en la perpetuación de esta
norma jornada lucrativa. Se presentan respetuosos recuerdos a los que nos
abandonaron en la forma de una ofrenda floral que coloree los grises de las
lápidas labradas con el nombre de aquél/la que nos abandonó.
Y después, no lo olvidemos, ¡puente! A viajar
a donde sea que nos permita relajarnos de las tensiones cotidianas, esperando
coger energías para celebrar la mejor festividad del año: ¡Navidades!