Un año más recordamos el fallido intento del
mercenario GUY FAWKES (a sueldo del Imperio Español) de volar el Parlamento
británico por los aires. Hasta que ALAN MOORE y DAVID LLOYD no “airearon” la
cuestión en la ahora novela gráfica V DE
VENDETTA, sospecho que era otro de los grandes sucesos históricos, de
relevancia local, sin duda, empero no mundial, que pasarían por tanto
desapercibido para el común de los mortales.
V
de Vendetta también lleva
su defecto en las entrañas, a saber: se concibe desde el buenista supuesto de que
la comunidad en pleno será consecuente y respetuosa; velará por controlar los
abusos, la corrupción, las injusticias. El defecto de la obra es que no
contempla que el ser humano sin embargo tiende a todo esto. Una vez en el
poder, pese a ser elegido en comicios plurales y sin presiones (imaginemos que
eso sea posible), la envidia, la ambición, distintas ansias de poder, en
nuestro ADN fuertemente incrustadas, harían variar la situación (bajo pretextos
de “emergencias”) y un grupo de próximos al electo velarían, a cambio de
privilegios, por mantener el “nuevo orden”, que, bajo esta férula ya corrupta (son
ejemplo la Revolución Francesa, la Revolución Rusa, toda la parafernalia de
opresivas y antidemocráticas repúblicas —o sea, los gobiernos modernos y feministas— comunistas), terminaría transformado en el “caduco
orden”.
Así que… remember, remember… somos falibles. El espíritu está presto, pero
la carne… No hay recetas mágicas ni gobiernos que cumplan sus promesas.