Fotograma de los créditos, que son viñetas que tienen un sospechoso parecido a... |
Aunque he tocado últimamente temas de sesgo
político (la creación, por desagracia, tampoco puede sustraerse de inmundicias
cotidianas), conviene recordar que, entre las “obligaciones” de un autor está el
documentarse, y dicha documentación puede proceder de numerosas fuentes: un
paseo por la calle, ese momento in albis
durante la ducha, la lectura de libro-TBO-panfleto, filmes, temas musicales...
De pronto ¡ZAS!: la idea. Un destello, una historia que relatar.
Empero, también puede suceder que sólo
desees expresar un comentario, compartir una opinión, como es el actual caso.
Así pues:
Into
the Badlans es una aprovechada
mezcla curiosa de géneros que, como mínimo, entretiene. (Importante valor, en
estos tiempos azarosos que con tanta vehemencia ¡aclaman! lo insustancial o
mediocre, la gotiquería pordiosera mínima-nimia.)
...las que podemos encontrar en esta afamada miniserie de FRANK MILLER, el hombre que ahora reniega de sus orígenes (gráficos) heteroX |
Por su misma función y sostenimiento, según
avanza se espesa: aparecen más subtramas, llegan nuevos personajes, lo cual en
algún momento puede terminar perjudicándola. Algo deja de ser coherente, queda mal
explicado, no se cierra como es debido. Pero no anticipemos acontecimientos.
Este cóctel me recuerda a RŌNIN, TIGRE Y DRAGÓN, DUNE y el
serial de LA TORRE OSCURA de STEPHEN
KING. Hasta FURY ROAD. (Por su base apoqueclíptica.)
Es historia de un futuro (de nuevo) feudal
(constatación del fracaso de la presente cultura social-democrática, que
revierte a gobiernos más/menos dictatoriales, con una engañosa búsqueda de la
"igualdad" comunista, dominados por un caudillo fuerte e implacable,
sostenido por una casta pretoriana que soborna con privilegios con los que el
más vasto segmento plebeyo sueña o aspira a poseer), aunque retiene suficiente
de nuestra actual tecnología como para constituir otra base de poder o
dominación, elemento de codicia de señores feudales más ambiciosos que los
restantes.
Una vez más, sin embargo, es el páramo
fuera de esta balcanización norteamericana el sugerente. Qué queda entre las
ruinas. Quién las habita. En EL PLANETA
DE LOS SIMIOS, el morbo estaba en La
Zona Prohibida. Pero nunca llevaron la trama por ese derrotero,
desaprovechando sus posibilidades.
Veremos cómo termina. De momento, evasión
de calidad, sin los arrogantes aspavientos con que se engalanaba HEROES (vaya paliza de serie).
Dejo esta aquí, de propina, pero como cebo para los entendidos o curiosos, que contrasten--- |