Esta ilustración tiene ese pase, ese rasgo de talento, que hacía competente a GENE COLAN. En otras muchas páginas, sin embargo, se puede apreciar lo dudoso de esa superioridad que le quieren dar |
Muchos (¿o sólo un grupo de ruidosos, con
capacidad para ‘influir’ en el que no está tan puesto/tampoco le importa?) ‘estudiosos’
de la Historia de la Historieta (esa aliteración que inventé cuando reseñaba
para TEBEOSFERA, que sus responsables
consideraban despreciable, empero que ahora que uno de sus asociados —de
retintín—emplea en un espacio de red social —fíjense cómo son las cosas— les parece
wunderbar!) están con este dibujante
que no veas.
Eleva elogios sobre él del estilo “no habría
TBO de no ser por Gene Colan”. Poco después, afirman igual de JACK KIRBY, y si hay
tiempo, de JOHN BUSCEMA. De GEORGE TUSKA, el otro Grande siempre olvidado, prefieren
pasar casi de refilón. Admiten su importancia como a regañadientes.
Nunca me ha gustado Colan. Cumplía, como
mucho. Tenía un concepto muy sui generis
(¿o extravagante?) de la anatomía, y aunque poseía recursos que le destacaban
del montón, tampoco conceden esa gravedad sublime que le dan los ‘estudiosos’. Concentran
su leyenda urbana en lo de la TUMBA DE DRÁCULA y haber cocreado BLADE, parece. (Y, analizado con frialdad, ¿es hecho de tal envergadura, capital en el TBO frente a otras series o personajes, como para ponerlo en el pedestal?)
Más siento que la inmensa fama de Colan se basa en la exagerada querencia de esos ‘entendidos’ sobre otros
autores, incluso más trascendentales, que a su verdadero valor artístico.
Sucedió que estuvo ahí en ese momento de su infancia, o adolescencia, en
que cristalizan las filias y las fobias y lo han convertido en una especie de
dios del lápiz cuando llega, como mucho, a obispo.