jueves, 17 de febrero de 2022

SOLOMON KANE — MENUDA PURITANA DECEPCIÓN

 

MIKE MIGNOLA presta su lápiz
al personaje de ROBERT E.
HOWARD en lo que parece un
serial apócrifo pero repleto
de los elementos que constituyen
la columna vertebral del
puritano SOLOMON KANE

Conviene explicarme, comprendiendo qué alcance tiene el personaje de ROBERT E. HOWARD, quien hizo mucho más que CONAN o KULL, aunque cueste creerlo. He aquí una muestra de su versatilidad literaria: Solomon Kane.

Veréis: durante (muchos) años estuvieron hablándome elogiosamente "del puritano"; puritano paarriba, puritano paabajo, puritano paloscostaos… siempre remarcando lo del puritano empero.

Sin embargo, ¿qué es un puritano? Un intransigente fanático religioso. Solomon Kane no se hinca de rodillas una sola vez para rezar o pedir ayuda a su Dios Omnipotente y Vengativo (protestante, calvinista, como sea; nunca católico).

Los relatos de Solomon Kane son la enésima (y bien redactada, imaginativa, esto es) versión del primitivismo individualista barbárico que cultivaba con amor Howard y cuyo principal exponente es Conan, tanto para la plebe como para los entendidos. Pero ¿puritano, hombre religioso que cree que un gorrión muere por intervención divina, así como que la ruina de un país es por mor de los pecados de su población o su rey, y tiene el nombre del Altísimo (a punto de desgastarlo del manoseo) siempre en la boca, impregnando cada frase? Nunca.

Cualesquiera que sean las virtudes que Howard empotró al puritano, la lista excluye la intransigencia puritana que esperaba leer en Solomon Kane. Y junto con su vagabundo afán de justicia, SU justicia, nunca la divina que se supone abandera, que le lleva a remotos pagos africanos y a desangrar entes oriundos de la Atlántida incluso, Howard debió introducir el contraste psicológico que podría aumentar el interés de las historias, la lucha entre sostener la fe ciega o admitir el hallazgo de evidencias que desafiaran la Biblia. Nos privó del tormento íntimo del peregrino puritano, entre seguir creyendo sin fisuras o admitir que no hay Nada de lo adoctrinado…

¿A qué abismos de razonamientos le llevaría este suplicio?