El actor que pudo ser TERMINATOR lidera un grupo de nósferos errantes por la más provinciana Norteamérica, a la caza y captura de su sangre |
Su seductora, interesante e imaginativa
premisa, desarrollada en polvorientos escenarios desérticos y entre desesperados
tiroteos, por desgracia se tuerce, por no decir empobrece, al final, quizás por
impericia de su regidora, KATRIN BIGELOW, o porque los guionistas se
encontraron en un repentino callejón creativo sin salida. Y remataron la cinta como
mejor pudieron.
Una maldad sin embargo (poco justificable,
debo admitir) me hace pensar que quizás una mujer no fuese la mejor elección
para una película que, pese a su fuerza de amada Serie B ochentera, podía haber
cosechado mejores recuerdos gobernada por un director. Una mujer puede tener
conceptos menores de la acción, priorizando las relaciones, los sentimientos, que
‘distraerían’ a un hombre. Un varón puede resaltar más la violencia, pongamos,
sacrificando los romanticismos, que pueden ser los que interesen destaquen a
una mujer. Ejemplos de una vigorosa actividad masculina al respecto hay a montones.
Pudiera darse la circunstancia de que una mujer dirigiera excelentes obras
románticas, dramáticas o cómicas, por tener más enhiesta esa sensibilidad.
Bigelow pudo decidir que el noviazgo
presente en la historia es más, aporta más, cuenta más, que la secuencia estilo
GRUPO SALVAJE de los nósferos huyendo
como pueden, a pleno día, de la policía que les ha acorralados Lo que más/menos
esperamos casi todos ver en una situación límite de esa naturaleza.
LANCE HENRIKSEN cumple como casi siempre, y pienso es uno de los principales motores para ver este clásico. Ah, repunta la nostalgia por los Ochenta…