Afiche de un personaje hoy día icónico. GEORGE MILLER la filmó casi con cuatro perras |
Y más todavía: de tal política prepotencia
que debiera echar de las salas a todo espectador que se sienta decente. Vas a
al cine, en principio, para tener un rato de esparcimiento con una fantasía a tu
gusto, o conmoverse con un intenso drama bien realizado, hasta ver las sensibleras
comedias románticas del agrado de la parienta. (También están las cintas
infantiles, empero captáis la idea, ¿no?) No vas al cine para que te adoctrinen
con tediosos y falsarios idearios transecoinclucoñomunistas de revanchismo
guerracivilista pasado como “impactante documento histórico”, que tienen más
fantasía que cualquiera de STAR WARS
(la Doble Santa Trilogía, no el mojón homoX-WOKE de los Nuevos Episodios, esclavos de un turbio inclusivismo que ha decepcionado
a todos). Este largo párrafo, lectores, define al (actual) cine español.
Vale: a veces, por pura estadística, surgen
estrenos de calidad e interés que alientan la esperanza de que esto, algún día,
tendrá su 18 de Julio, y veremos ese cine bueno y de verdad, no el que estamos
costeando a engreídos directores homoX,
femirulas extraviadas y comurrevanchistas, que lamen tan a fondo el culo al
Ministerio de Cultura, o anejos, con tal de sacarle subvenciones, que toda la
comida debe saberles a mierda.
Encima, en su defensa, estos gárrulos “cineastas”
tienen los bemoles de decirnos que “en Hollywood están los SFX; en España, el
talento”. ¡Un carajo! ¿Talento, el de “actores” mediocres que gruñen
vergonzosos diálogos de nula calidad y convicción, “actores” que, más que ser
profesionales del medio, se desviven por obtener la paguita máxima vital “progresista”,
proclamándose para garantizársela supercomunistas de una tan roja izquierda que
son infrarrojos, y, suya ya esa paguita máxima vital, no dan palo al agua, superconscientes
de su absoluta (in)capacidad interpretativa?
Y ¿qué vamos a decir de esta, aún más barata? Y no digo ya, de EL MARIACHI, macho |
El que no vale, dicen, enseña; los actores
españoles: lamen ojetes y se arrastran como boas persiguiendo la subvención y
la paguita máxima vital para quitarse de currar. Se prostituyen a tal nivel que
ninguna de esas actrices de Hollywood que denuncian el abuso jamás se
rebajarían. Un/a actor/actriz español/a ni duda en hacerlo. Dignidad: cero.
Izquierda: toda.
Conforme: también en los nostálgicos
tiempos del Caudillo, donde SÍ había una industria potable del cine patrio, cocinaban
meritorias batatas. Mas sigue siendo estadístico. Irrita lo de: “aquí está el
talento, quédense con su ILM de mierda”, cuando aquí está la mierda de verdad.
(Y, cuando “les invitan” a Hollywood: ¡qué prisa se dan en aceptar, oye!)
Sé hay gente con talento. Ideas
interesantes. Genialidades en un guión. Es otra vez: estadístico. Pero, o no se
rebajan, o han conseguido apartarlos de manera definitiva los homoX, femirulas
y comurrevanchistas para que subvencionen sólo sus porquerías
galácticas. Sólo subsidian a los rojos que más hagan el culebra por el
Ministerio, o sede del P$OE. (¡Cómo debe divertirles ver esas arrastradas por
el frío/sucio suelo!)
España entroniza nulidades. A mansalva: en
su cine actual. Porque ¿qué diferencia a ALEX DE LA IGLESIA de PETER JACKSON
(el paradigma extremo, por lo de que Nueva Zelanda parece el culo del mundo, lo
más remoto imaginable)? De la Iglesia iba a nuevo SAM RAIMI, mas ahí está: en peliculitas-sainetes
de situación que son, para colmo, imitaciones de poco brillantes, o harto
deleznables, producciones USA. Y no protestes.
Y otro "director económico"; por eso he elegido estos ejemplos. De poco, han ido a más. En España, es TOTALMENTE IMPENSABLE esta iniciativa. Si no te subvencionan, no filmas. Y debes se rojo, además |
Sin embargo, Jackson filma la reconocida
trilogía de EL SEÑOR DE LOS ANILLOS
por haber demostrado talento, pelotas, iniciativa. Todo eso se pudrió apenas entró
a gobernar la izquierda en España. No se conoce. Estará en un Museo de Historia
Natural, junto a los de Atapuerca y los dinosaurios.
Y no hay visos de que esto pueda mejorar, con cambio conservador de Gobierno.