Cuando empecé a profundizar en los cómics
MARVEL de superhéroes, intentaba
capturar, ante todo, los dibujados por GEORGE TUSKA, HERB TRIMPE y JOHN
BUSCEMA. Mi tierno paladar me impedía reconocer que, en la tesitura de elegir
entre un segundón, o un malo-de-verdad, aún podía aceptar a RICH BUCKLER… que aventuras
suyas cayeron, por supuesto. Por entonces, carecía de todo respeto por JACK
KIRBY, y le rehuía como un nósfero al agua vendita.
Pero a veces era inevitable adquirir historietas
dibujadas por Dick Ayers. Lo considero todavía el DON HECK de repuesto de LA
CASA DE LAS IDEAS. Si Heck me parecía flojo, Ayers era un flan. Y ahí estaba,
el tío. No podía imaginar por qué, ante titanes como Buscema, Trimpe o Tuska,
seguía recibiendo encargos. ¡Qué malo era, qué poco comunicaban sus dibujos,
qué faltos de garra!
Ayers está muy bien considerado en
ciertos círculos de “entendidos” de esto del tebeo; a su labor dedican odas
respetuosas. Vale: reconozco su trabajo. Pero sigue sin gustarme. Como Heck, su
arte correspondía a otro tipo de cómic. Mantenerlo lejos de los superhéroes era
buena idea. Pero no sucedía así.
Vuestro Scriptor.
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