Ciertamente debemos considerarle el padre
del mainstream de superhéroes. Los
que hubo antes, en otras editoriales, puede honrárseles de creadores; algo más
dudoso, de pioneros. Como mucho, sembraron las simientes que germinaron con la
fecunda guía y creatividad de Stan Lee a lo largo de Década 60.
Si hoy tenemos un sólido género de
superhéroes, y no solo en MARVEL,
sino en DC COMICS u otra de las que
intenten emularles (soslayemos las bastardías IMAGE), se le debe a él, que tuvo el instinto, la visión, o, como
aseguran por ahí, la desesperación, de arriesgarse con un género archimaldito
gracias a WERTHAM y una panda de imbéciles puritanos con los sesos roídos por
perversiones que jamás querrían reconocer practicar. Y, odiando culpables esa
íntima “debilidad” en sí, descargaron en los personajes del tebeo sus vergonzantes
fobias particulares.
En un blog, vi que su autor había
escrito, a modo de pie de página, la frase: “Hay pocas cosas sagradas; pero Stan Lee es una de ellas”. O algo
así. ¡Bien por el ‘aserto’! El anti-Wertham oreando las amplias salas de su freakismo. Fijo que el menda es ateo.
Pero necesitaba un icono al que rezar y a Stan Lee eligió.
A Lee también debemos imputarle haberse
enriquecido (y mucho MUCHO) con el trabajo de “hombres muertos”, como citó ALAN
MOORE. Se apoderó ladinamente de FANTASTIC
FOUR y lo demás en que participó JACK KIRBY (motor jamás reconocido de Marvel, cuya desorbitada y prolífica
imaginación Lee supo organizar de modo que le rentabilizara a él), ninguneó a
STEVE DITKO el personaje de SPIDER-MAN,
así como que, ocultamente, vendiera páginas originales (en concreto, de Kirby)
hasta por dos mil dólares, en tanto los autores se defendían con su sueldo, más
o menos alto, sin ver otra retribución después.
Un tipo digno de los altares, ¿eh?
Quizás el que le echaran del imperio que
creó tuviera algo de (tardía) justicia poética.
Vuestro Scriptor.
También en: http://unahistoriadelafrontera.blogspot.com/