Última página. Espero hayáis disfrutado el corto relato |
Mis alumnos, en general, estaban
creciendo, tanto como individuos, como lectores, como autores, bajo el extenso
palio de la narración gráfica japonesa, alias manga. Éste se caracteriza, principalmente, por dejar un fuerte
impacto gráfico en la retina del lector, cuidando a modo la trama y, muy poco,
el diálogo. Quien haya leído manga
con la suficiente atención habrá reparado en estos detalles. Los textos se
repiten, o contienen una débil argumentación que tiende a reiterar lo ya expresado.
Todo, insisto, recae en la viñeta, la
imagen dibujada, y cómo se realza mediante varios recursos, como las líneas
cinéticas, o una distorsión, casi caricaturesca, del personaje, a fin de hacer
más intensas las emociones que experimenta durante el trance.
Cuando empecé a mostrarles a mis alumnos
cómic de superhéroes, clásicos de los 60-70, fliparon con el entintado. En
especial, con las bolitas de energía marca JACK KIRBY y el trazo alabeado del
pincel.
Ese tipo de entintado no se usa en el manga. Para ellos, fue toda una
revelación. Y me sorprendió que una amplia faceta de la historieta, con sus
virtudes y defectos, estuviese quedando ignota para esta generación, a su vez creadores,
que, por mor de un esnobismo de origen desconocido, convencía de despreciarlo.
En alguna parte, un listo, o una lista, mandaba mensajes del tipo: el tebeo de superhéroes es una mierda, ¡a
quemarlo!, o algo así, y ellos, y aun ellas, antes de valorar sobre qué se
hacía anatema, y por qué, obedecían ciegamente la consigna.
Detesto los extremismos. Y a los
sectarios. De todo color. Y pienso que, algunos/as de estos/as lectores/as, acataban
la orden por miedo al desprecio. El manga
(en toda su variada oferta) imperaba, y si te veían leyendo un FACTASTIC FOUR, ¡prepárate! (cosa que me
pasó, por cierto.) El miedo al ostracismo es bastante poderoso.
Hay que ser especialmente fuerte para
aceptarlo.
Una vez, para terminar, conocí a un menda
jefe de una pandilla de mangakas de
éstos. Valiente banda, añadamos. Trabamos (estéril) discusión de freakies (yo ya estaba por recuperar los
estandartes clásicos, porque observaba qué agotadas llegaban las series manga en venta, y reparaba más
profundamente en sus fallas, y ¡coño!, soy occidental. Mi cultura también es
vasta y antigua, y respetable) y se me escapó una de las mejores, como sucede siempre.
¿Cómo un tío dispuesto a quemar herejes anti TORIYAMA AKIRA pensaba hacerlo
vistiendo una camiseta de SUPERMAN…?
Cosas de esta vida…
Vuestro Scriptor.
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