Y si queréis saber cómo puede desenvolverse en situaciones así, id aquí |
Poéticamente hablando, todas las grandes ideas
forman una inmensa masa nebulosa flameante dentro del cerebro; estallan en su
interior constantes fulgurantes relámpagos que desprenden luces de gamas
diversas. Ese gas lucha por condensarse, hacerse sustancia, constituir materia,
tal como ocurriera con el Sol en su primitivo origen.
Esto pasó con Bianca Blaze; desde el verano de 2012, suponía una masa
efervescente de energía que fue adquiriendo forma según la trabajaba en su
concepción recuperada de TERHLI TERANAMI. Ocurría algo, sin embargo, con
Terhli. Funcionaba, pero no a pleno rendimiento, ni ofreciendo cuanto sé que es
capaz de dar.
Entonces ocurrió una especie de Big Bang
inverso: en vez de irradiar luz hacia todos los puntos del compás tras una
colosal explosión, colapsó. Esta inmensa energía no se trocó agujero negro, sino
que se refundió en un ente nuevo: Bianca
Blaze. Sabía que cambiar su nombre era capital. Y el catalizador fue el
EMPERADOR CATACUMBA.
Todos los grandes héroes necesitan un
supervillano a su altura; merced al contraste, suelen ser quienes les conforman,
definen. Sacan lo mejor, o peor, de los paladines. El nacimiento del Emperador
Catacumba, un prepotente cráneo embrujado con amplios conocimientos de
hechicería y “macánica” steampunk, produjo
la eclosión de Bianca Blaze. ¡Había hallado su lugar! ¡Su leitmotiv! El ucrosteampunk
1805 DC del Sacro Imperio Católico Hispánico, un concepto que había
desarrollado, hace años, para una novela de género steampunk, ¡aportaría el trasfondo cultural y sociopolítico!
Tenía el vasto escenario; tenía al
villano (y una cohorte de secuaces —como el DR. GOTIK del bosquejo, émulo de
FRANKENSTEIN y su MONSTRUO— incrementada por JOHANNES y LIANA FORSON y sus
sicarios, los HERMANOS FÁTIMA); tenía el marco espaciotemporal. Mientras Terhli
dependía de parodiar cosas, Bianca Blaze
era ¡original! ¡Genuina! (Tanto como pueda ser una historia mil veces contada,
con otro manto.) Tenía campo para explorar y cimentar su propia leyenda urbana.
Y es lo que más me atrae de Bianca Blaze.
Todo está por descubrir; por construir. Y
está siendo un ejercicio sumamente divertido.