No puedes ganarlo siempre (bueno, según parece, según lo amigo que seas de los miembros del Jurado), pero conviene que prosiga existiendo |
No pretendo hablar mal de un Premio al
que, como finalista, debo tanto. Lo que saco a colación es qué “bajo” (afirman
que por causas económicas de azote universal-universitario) está cayendo este
respetable certamen.
Me animé a concursar en él debido a su
prestigio internacional. Así constaba en diversos sitios de internet y conviene
probar suerte en algo con tal eco y, al parecer, difusión mundial. Primer
intento, ¡finalista! Sexy.
Luego, un par de años después, sucedió algo al Premio. Su prestigio se
decoloró; ya no hablaban de él con el respeto habitual. Más: aun evitaban citarlo.
Al parecer, el mamoneo lingüístico empezó a emponzoñarlo. Están liándola parda
en el pico noreste de España, y especialmente con la cosa lingüística. Que si
los autores locales, al margen de la calidad de la obra (que tachaban entre
baja y deleznable), siempre se alzaban con los reconocimientos económicos, que
si no sé qué amiguismos, que si… Lo chungo de ciertos rumores viene cuando lo
sustentan evidencias.
Creo que, bajo estas condiciones, pocos de animarán a concursar. Es uno de esos casos en los que, sí, más da una piedra |
Y alguien presentó pruebas de que, en
efecto, si eras del pico noreste de España, tenías las de ganar; así solamente mandaras
un papel lleno de manchas de aceite de churros con un título más o menos aparente.
Este año, pues se pasó a bienal (otra repercusión
de la crisis económica), el Premio
se convoca. Pero: sin dinero. El vencedor ganará la e-publicación de su texto.
(Para eso, abres una cuenta en Amazon
y ¡a probar suerte! Y controlas totalmente tu material.) Y algún dinerillo podría
caer, mínimo-nimio, de solicitarse a demanda una copia en papel del tal.
La cosa, en un país deficiente en
lectores, y más de ciencia ficción, provoca llanto. Porque dudo que soliciten de
un desconocido una edición más o menos decente del texto. Anhelan un retorno a
los tiempos glorio$o$. Pero se ve harto difícil.
¿Ha
caído el gigante, barrenado por presuntos escándalos lingüísticos, que tienen
mucho de nazi (éstos ordenaron a los arios y alemanes varios con nombre judío
que se lo cambiaran por uno germánico; en el pico noreste de España algunas de
sus decisiones “político-lingüísticas” que también atañen al nombre de pila tienen
ese tinte), y la crisis económica? Esto, junto a su desaparición, sería
altamente lamentable.