sábado, 20 de enero de 2018

¿QUÉ FUE DE…? — PARA REFLEXIONARLO

Es sólo un ejemplo; no el autor en sí.
Otros muchos podrían haber sido
elegidos
En el blog hermano publico una reseña con un contenido bastante interesante sobre los despiadados modos como el medio (el TBO, en este caso) se ocupa de sus dibujantes. En especial, de los ‘estrella’. Cito un nombre en particular por aquél “bombo colosal” que obtuvo durante su estreno. Pero el listado puede ser tan extenso como la guía telefónica.

Pretendo destacar (porque de denuncia, nada. En ningún caso cuanto diga va a cambiar nada, valga la redundancia. Sobre todo, porque los interesados prefieren no agitar estas procelosas aguas, y los grupos dedicados a la defensa de la Historia de la Historieta están demasiado cómodos lamentándolo, si procede, sin realizar en cambio ningún efectivo movimiento de protección) la veloz veleidad como un autor es ¡encumbrado! para después pasar, si no al anonimato, al desempleo más feroz casi sin tránsito.

¿De qué sirvieron esos ditirambos del ayer; el ¡ensalzarlo! como una novedad de esencial vitalidad, si ahora le “sepultan” sin misericordia? Todo es, en parte, culpa de esta era de internet y su inmediatez. Apenas algo puede perdurar. Se busca inmediatamente lo más reciente/reluciente para volver a disparase como electrones sin masa por la red en pos de la nueva novedad rutilante con un afán desesperado que tiene que terminar afectando a la salud de algún modo.

Creo estamos perdiendo algo esencial procediendo de este modo. Siempre ha habido un interés comercial en promocionar qué, o a quién. Pero este vértigo sin medida… hum.