La de cosas que la visión de este afiche suscitaba en nuestras imaginaciones infantiles. (No había otra cosa entonces) |
Procuro no ser exhaustivo en su análisis,
porque terminaría menoscabando su leyenda urbana, que bastante vapuleada
está ya, y aunque las nuevas entregas (que jamás superarán a la Doble Santa Trilogía)
merecen un repaso, no hurgaremos en esa herida.
Laguerra de las galaxias debe
mucho de su éxito, ILM aparte (las naves colosales de audaz diseño —eran ¡por
fin! el fin del platillo volante o las alcachofas de ducha cromadas—, los
sables láser, los Stormtrooper, la Estrella de la Muerte y el tenebroso DARTH
VADER), a que llegó en un momento de ingenuidad y necesidad de ilusión que podemos
estar volviendo a incubar ahora.
El espectador ansiaba, sin saberlo, maravilla.
Y la obtuvo viendo el fenómeno de 1977. La gente entonces estaba más inclinada
a la candidez y dejarse embaucar, con amabilidad, por estas fantasías. De ahí,
su éxito. El hype que internet supone ha robado mucha de ese ensueño infantil.
Hoy sabemos de un próximo (antaño, portentoso, esperado, arrobador) estreno
poniendo cara de indiferencia, lo más. Empero, en aquellos años… cuando debías
memorizar cada fotograma… te montabas una película paralela a base de trailers…
Huau.
Mas consideremos qué cosas deslucen un
tanto una Trilogía de otra. Como: sabiendo que ANAKIN SKYWALKER era nativo de
Tatooine, cuando caza al Tantive IV
en su órbita, ¿no sintió un escalofrío, al recordar su pasado esclavo, por muy
Darth Vader que fuera ahora? La Fuerza ¿no zumbó, sugiriéndole que quizás hubiera
sigul en el detalle? Sus sinuosos caminos lo traen, aun de refilón, de vuelta a
casa, y ¿no le perturba?
Estos mendas ignoraban la que iban a liar emprendiendo este viaje, a bordo de una de las portentosas naves que rompían con todos los burdos tópicos hasta entonces establecidos |
Conforme estrenaban secuelas, íbamos “sabiendo”
más sobre la Fuerza, los Jedi, los Sith. Pasmoso pensar que sujetos con
presciencia, capaces de atisbar el futuro, si no todo, atalayando bastante como
para tomar medidas (explica lo de “siempre en movimiento está”), no fuesen capaces
sin embargo de percibir los complots en el Senado Galáctico. ¿Tanto dependían
de espías singularmente torpes? Sospechaban de LEIA ORGANA, ¡mas la dejan
corretear por la Galaxia sin custodia!
Ni PALPATINE ni Vader, expertos en la
Fuerza, detectaban a los conjuradores. Raro. Lo mismo alguien lo explica
diciendo que entre los Sith la presciencia está atenuada por ser egoístas, los
malos. Una chuminada parecida.
Hasta ellos suponían un impresionante revulsivo. Cuanto más lo piensas, más percibes el abismo que nos separa de aquél entonces hambriento de magia de la saturación e indiferencia actuales |
De todos modos, lo del servicio de espías
es más difícil de aclarar, salvo admitiendo que eran torpes integrales. Indirecta
ayuda a la caída del Imperio.
Establecido aun así el vínculo padre-hijo,
¿no podía Vader vaticinar los actos de LUKE, atrapándole antes de volver a
Tatooine, para rescatar a HAN SOLO? Parece que ni así la (debilitada) Fuerza funcionaba.
Como que Leia no desarrolle el control de
la Fuerza (cuando se supone, YODA dixit,
es la última esperanza Jedi), cuando sugieren que llegará a ser Dama Jedi,
entrenada por Luke, hay otros detalles que los anacronismos causados por la
Primera Trilogía eclipsan un tanto a la Segunda. No obstante, mejor no pensar
en exceso esto. Sólo disfrutarlas, porque gracias a ellas gozamos de la espectacular
actual CultuPop.