Quien está en el mundillo del género ya sabe,
mucho o poco, sobre qué ventolera generó la decisión de Celsius de traerse a Scott Card (escritor que me es
indiferente; ENDER me aburrió) a disertar en atención a su dilatada carrera
profesional. Es cuestión de gustos, y habrá lectores que encuentren su obra wunderbar! Yo no, dije.
Por otra parte, donde celebran Celsius (allí jamás seré invitado) me
coge en una galaxia muy, muy lejana, y no podré ver si todo queda en un pedo
perdido en un huracán o, de verdad, hay mandanga.
Pero hagamos memoria: energúmenos
progres (cómo no) han levantado polvareda sobre la presunta homofobia de Scott
Card. No sé si existe, si se debió a un comentario temporibus illis y, encima, extemporáneo, o mal traducido, o qué.
La cosa es que las ‘sensibilidades’ de la Más Progre Ixquierda (la que gusta de
tachar/prohibir) se hieren a gran velocidad. Se ponen rampantes al segundo y
antes disparatan. Tengan o no razón (nunca la tienen), forman escandalera, nutrida
por calentorros/descerebrados niñatos con un conocimiento general de todo
mínimo-nimio. Sólo cuenta gritar más alto que nadie, arrojar candentes epítetos
difamatorios o insultantes (¡oh, esos pollas heridas feministos
recalcitrantes, sicarios de Podemos!),
amenazas, procurando su objetivo.
Intimidar. Imponerse. Dominar. Discriminar.
Aquí no hay más opinión que LA SUYA, y ¡ay del opositor! Látigo
que restalla.
Una de sus obras con título revelador (¿será tan tediosa como ENDER?). Ruinas... ¿la de nuestra democracia? |
Dos cosas me parecen particularmente impúdicas
de este caso. (Bueno, tres: que ladre siempre la misma turbulenta turba republicana
de Ixquierdas FemiMARX hipócrita.) El aluvión de violencia verbal (vía sucias
redes sociales) que sobre Celsius ha
caído por la decisión de traer al mormón Scott Card y que ésta marea de ataques
(a estos eunucos
la “marea” les mola mucho; lástima no sea un tsunami que los arrastre mar adentro, donde jamás volvamos a saber
de ellos) no procede de respetadas firmas reconocidas del género patrio. (Evitaré
nombres por no causarles problemas.) Podríamos estar conformes o no con su
decisión. Sin embargo, sabríamos que procede de entendidos. Hablan por saber.
No es el caso. Son niñatos. Ensoberbecidos fascistas
ocultos tras el alias de su red social; paridos por izquierdistas memos. Enemigos
el franquismo, su censura, la represión, ¿qué pretenden? ¡Imponernos la suya!
Censura. Represión. Dictadura… mas de Ixquierdas.
Claro; la Ixquierda no puede ser tiránica
(no sé qué dirán en las naciones que han aplastado) pues es el Sumun de las
Libertades, la Moral, el Decoro, la Razón, la Reflexión, el Respeto, la
Tolerancia, la Diversidad. Ya lo veo: quieren imponer su parecer, de forma
vehemente/violenta. Obedeced, o habrá problemas, prometen. ¡Esto es terrorismo!
La segunda es que, de discreta forma,
autores LGBT (o como sea. Miren: esto de las siglas parece una ETS; les llamaré
“de otra orientación”. Parece dignificar más) han expresado a Celsius su vergüenza y alarma por la
situación. Comprenden que la decisión se ha hecho según criterios técnicos, no
“políticos”. Y les abruma esta despótica reacción de tipejos que no les
representan. Sólo quieren imponerse. Pienso se habrán preguntado: ¿a dónde
acabará esto, de seguir así?
¡Éste sí! ¡Este puede decir lo que quiera! CHINA MIEVILLE; el estampado de la camiseta lo dice todo. Ideólogo de la Ixquiera Recalcitrante, seguro es recibido como ni JESÚS en Jerusalén |
El “de forma discreta” es llamativo.
Estamos hablando del acosado colectivo al que esos déspotas pretenden ‘proteger’.
Y, sin embargo ¡ni ELLOS pueden expresarse libres por miedo a represalias!
¿Entonces? ¿Realmente pueden salir “del armario” sin problemas? ¿Siguen ‘prófugos’,
aunque ahora por quienes instan expresen sus preferencias sexuales en público?
¿Pueden morrearse en un parque, hombre-hombre, mujer-mujer, pero no dar su
parecer por temor al ataque?
¿Dónde está el “avance progresista”? Esta
democracia ¿debe obligarse a tener contentos a un puñado de fascistas de
Ixquierdas podemita que dictarán qué debemos leer, a quién entrevistar, o
invitar, o defenderse, rechazándolos? Los tiempos represores ¿no dicen habían
expirado? Todo empieza a indicar que no. Sólo... ha cambiado la bota que oprime. (O unas Nike de acomodado joven de Izquierdas que puede sin embargo disfrutar de lujos de gente de Derechas que muchos pobre-letarios se contentan con ver en la actual TV orwelliana.)
Es la auténtica cuestión: ¿quiénes son para
imponernos arbitrariamente criterios que gente con más experiencia, conocimiento,
lecturas, ni piensan atreverse hacer? ¿Hay que consentirlo? Estamos jugándonos libertades.
Aunque parezca exagerado.