domingo, 5 de enero de 2020

¡YA LLEGÓ EL ROSCÓN DE REYES! — TRADICIÓN

Entre que ya era una porquería aquí, y el Barquero del Lago
Ness no es un eficiente cosario, ¡la ruina estaba servida!

¡Suenen cuernos, cornetas y cornamusas! ¡Trombas y trombones! ¡Los astados vikingos alcen sus pitones rebosantes de hidromiel para celebrarlo! ¡Corra a mares el Jack Daniels que alivia a los cornudos llorosos! Cuan cornucopia de ilusión ¡ya llegó a Lidemdorf el Roscón de Reyes, donde los alemanitos ilegítimos aguardaban con sudorosa expectación! ¡Tanto les han escrito en las pomposas cartas góticas sobre el ¡aclamado! dulce que lo paladean anticipadamente!

Empero… ¿imaginan cómo llega a la vieja Germania romana un Roscón de Reyes embalado en España sólo con papel de poemas de enfoscar armarios 

[¿Volverán tus oscuros golondrinos
a tus cuernos colgar
Las latas de cerveza que bebías sin parar,
y que otros pagaban, sin dignarte a colaborar?]


y que, tras tanto ajetreo, en las más desastrosas e insalubres condiciones, parece una cutre cámara de rueda parcheada por todos lados y espuma de afeitar por nata? ¡Tragedia poeiana! ¡Drama becqueriano! ¡Lamento manderleyano! ¡Miseria manderoliana!

¡Ese Roscón, tan ¡alabado! por el hermano español, en sus cartas llenas de la pena penita pena que le inspira querer suicidarse, llegó a la Alemania Reunificada hecho una plasta aplastada grasienta! Los bastarditos de mimbre, ¡qué bastarda decepción sufrirán! Digna de la bastarda narración de la enferma con la cama cubierta de nieve, bajo el boquete del techo, rodeada de ineptos incapaces de quitar el hielo de la colcha siquiera, sólo de figurar inútiles según el médico bisbiseaba memeces surtidas por un impotente escritorzuelo farragoso que no sabía de drama ni diálogos… Un desastre similar a que tu veinteañera novia te corone con astas con un cincuentón calentón porque sabe consolarla, pese a tu “plenitud” ‘sexual’. ¿No les parece a ustedes?