domingo, 10 de mayo de 2020

LUKE SKYWALKER — EL FRACASADO

La ominosa imponencia de los afiches no
salvan de la general mediocridad de estos,
que han amenazado de ruina una muy
lucrativa licencia

Aprovechando tanto renovar contenido, como publicitar la reseña de la que quizás sea la mejor película de la Doble Santa Trilogía, escribo esta digresión sobre el personaje, en principio protagonista, de los Episodios IV a VI: Luke Skywalker.

Puedo (aun debo) reiterar lo Mito Artúrico que tiene este aniñado granjero de un planeta DUNE-desierto (porque, a modo, Luke es también PAUL ATREIDES) que, de soñar con grandes épicas, pasa a vivirlas en apoteosis de combates y duelos singulares destinados a salvar su galaxia. Por el camino, madura. Las amarguras cincelan cicatrices en su rostro. Su ingenuo e inicial aire aventurero se avinagra al descubrir que la vida es lucha constante entre mantenerse en el Lado Luminoso o rendirse al Reverso Tenebroso. La ilusión, la magia, la fantasía, acaban emponzoñándose.

Ya he admitido que, de la “nueva trilogía” (cosecha sólo decepciones y negativas reseñas, debido al absurdo “giro” hacia lo “feministamente correcto” de estos procelosos tiempos), sólo he visto la primera. Bastó. Me sugirió cuanto debía venir. Aparte de lo “feministamente correcto”, “renueva” personajes, como YODA, encarnados por pálidos émulos. Marrado esfuerzo por vender muñequitos nuevos.

Está el de la careta, un macrocéfalo malo pretencioso, una versión más nazi del Imperio, el tipo negro… ¿y qué más? Pues reconstruir, en forzada clave “feministamente correcta”, El Imperio Contraataca y El retorno del Jedi. NADA nuevo aportan. Ninguna trama más/menos original. Sólo… feminizan cuanto GEORGE LUCAS inmortalizara.

Entonces, la galaxia era tan vasta y llena
de embrujo y posibilidades como estas
graves planicies que soñador el joven
LUKE atisbaba. Entonces...
Astuto, fue fiel a los clásicos imperecederos. Sabe que siempre venderán. Han perdurado milenios. Bajo disfraz distinto, empero han persistido. JJ ABRAMS, el quintacolumnista trekkie, ha amagado ‘imitarle’, anteponiendo “caer bien” a “feministas” sectores de la “nueva crítica”, antes que contar algo… protagonizado por un hombre.

Así, Luke se desdibuja. Se acobarda. Empequeñece hasta desparecer. Rehúye su deber moral, no tanto con la galaxia, o su nueva república, o la rebelión ¡que sigue donde la dejamos en El retorno del Jedi!, como consigo mismo. Su conciencia. El azar, la Fuerza, los midiclorianos, le escogieron para ser Arturo. Empuñar Excalibur láser e iluminar.

Ser el rey que fue y será, como manda el Mito.

Deja al de la careta, inepto que prostituye al Reverso Tenebroso (al que no dignifica, pues es esclavo del cabezón ese), hacer y deshacer, cuando su obligación es la de combatirle porque: A) es el héroe; B) tiene las facultades; C) es su avatar. Sin embargo, se escabulle. A lo más recóndito de la galaxia. “Imita” tanto a OBI WAN KENOBI (cuyo exilio lo justificaba cuidar a Luke) como a YODA (cuyo exilio 0bedecía a ser el último mentor capaz de enseñar la Fuerza con pureza), pensando “le toca”. Cuando es cobardía.

¿A quién esperaba Luke en su exilio? ¿A quién cuidaba? Su lugar estaba en el mando de la rebelión, aconsejando, luchando, aplastando la cabeza de la nueva tiranía antes de que despuntara. ¿Qué hace? Esprintar a la indolencia.

Entonces tenía un sentido del deber, la moral y la conciencia
que estos despreciables tiempos "f
eministamente correctos"
se han encargado de arrancarle de cuajo para estar "en
sintonía" con la "nueva realidad"
No entiendo por qué no han convertido a Luke en el Esperado. Nadie le espera. Ni confía en él. Es nulidad para nostálgicos carrozas, como el trapero del espacio, HAN SOLO. 

Esta deliberada humillación de una figura icónica masculina es como Hollywood, el Hollywood contaminado por OPHRA y eunucos anejos, entiende ahora la virilidad heroica. ¿Debe extrañarnos, por tanto, qué desastre ha supuesto esta ‘trilogía’? Lo peor es que este “canon” arruinará el sistema. Porque las féminas épicas no van a dar nada que RIDDICK no hiciera antes, e impondrán ideología a imaginación, lo que buscamos, y es el gran negocio de Hollywood.