¿Por qué no atacar a tiros aun dragón?
Entre ese mogollón de frenéticos trazos hay un dragón, palabra. Exige quizás poner un poco de atención verlo.
Esto es más del proyecto gráfico sobre
Marsoon, ese sitio que no me inventé,
al decir de algún desharrapado bujarrón. Que fue cosa de una envidiosa mente
astada. Dado el caso, ¿cómo puedo, por tanto, desplegar con tal seguridad elementos
de una fantasía ajena? Tengo escasas virtudes; empero poseo amor propio. Procuro
ser lo más original posible. No copiar. No plagiar. Eso, para otros. Presuntuoso
“artista” y poetastro flatoso.
MICHAEL MOORCOCK ideó el Multiverso. Es una
herramienta de fantasía utilísima, lo admito. Como sentiría tremenda vergüenza
describir alguno de mis relatos como “del Multiverso”. Por tanto, aunque sean conceptos
casi análogos, desarrollé el del Prisma
Universo, describiéndolo en tres capas: las Facetas (o Superficie,
donde ‘vemos’ lo que ocurre; sería nuestra realidad), el Limbo, una vasta bruma, a modo de magma, donde las cosas y seres
muertos se mezclan, reapareciendo en cualquier Faceta (donde me sea útil) y el Núcleo. Un lugar misterioso. Tanto, que
apenas tengo noción sobre él.
Igual sucedió con Marsoon. Nunca oculté cuán
fuerte inspiración tiene del Barsoom de EDGAR RICE BOURROUGHS, porque LAS GRAVES PLANICIES lo parodia, aunque
luego tomé tal cariño al concepto que hasta adquirió identidad propia. Llevo
Marsoon (aún lo amplío) adonde nunca Burroughs alargó Barsoom. Un prolijo
proceso de descripción cultural, política, social, religiosa, económica, de habitantes
y ciudades, que procuro posea tanta coherencia como sea posible. No como Burroughs
hacía: la primera ocurrencia resultona ¡al papel!
Supongo que es lo que diferencia a un
escritor de otro: la coherencia que dé a su trabajo.