domingo, 25 de octubre de 2020

LA TRAGEDIA DE BIANCA BLAZE — NO TENER EDITORIAL

 

A los "traumas" editoriales que
puedo citar, debo añadir el de
lo "feministamente correcto",
que persigue ahora páginas como
ésta. Y luego, venga hablar de la
libertad de expresión/creación...
¡La nueva censura en manos de los
hijos que, durante el franquismo,
más la combatieron!
No quiero darme importancia excesiva o inmerecida. Mucho tiempo, constancia y paciencia está costándome, sin embargo, alcanzar ciertos progresos. Cuando comparo mi trabajo con unos u otros (u otras), me deprime falte en calidad o entusiasma la supere al trazo de otros/as.

En todo caso, y deseo pronto se remedie (en el horizonte atalayo insinuaciones esperanzadoras —crucemos los dedos—), Bianca Blaze vive trágica existencia… fuera de las planchas. Su desventura reposa en que no hay ya publicaciones (CIMOC, EL VÍBORA, ZONA 84, 1984…) donde habría encajado de puta madre magistral. Su aire irreverente y audaz supondría pasaporte para engatusar a algunas de estas publicaciones. Seguro.

Pálidos intentos de suplir su ausencia cuanto han demostrado, más que bisoñez o ingenuidad bien intencionada, empero con tendencia al desastre, es falta total de respeto por tu labor. Tratas con prepotentes que, desde su mínimo-nimio trono de hojalata e ínfulas de niñato mal criado, te barrenan con su ignorante arrogancia o deseos de esquilmar tu trabajo.

Bueno, puedes acudir al crowfunding. Muchos lo hacen (de paso, agotan la veta del mecenazgo colectivo con mediocres obras deleznables), y no lo descarto del todo/completamente, como que autopublique un tomo de Bianca Blaze, confiando que la suerte, más que la Fuerza, acompañe.

Hay algo engañoso en el crowfunding. Dicen sus defensores que, al menos, ves dinero. No sé en cuánta cuantía. Cuando veo lo que algunos crowfundingdean, se refuerza mi sensación de “engaño”. Pocos rebosan óptima calidad. No dan aquello por lo que piden dinero. Es donde el (prepotente/veleidoso) filtro editorial se hace, por suerte o desgracia, práctica herramienta para cribar la parva del grano.

He tanteado alguna de esas pálidas mímesis de revistas de historietas. Descorazona el resultado. Rebosan torpeza. Arrogancia. Ignorancia. Desprecio.