Otra película clave de los 80,
década-caudal en apariencia infinito de fantasía y maravilla. Casi cuanto ha
venido después o son secuelas o se inspiran en filmes de entonces. Está la cosa
de sequía.
Esta cinta y ROBOCOP están vinculadas en más de un aspecto. Empecemos: los
protagonistas, policías, se apellidan Murphy. Ambos Murphy acaban dentro de
corazas de alta tecnología (la más puntera del momento). Sus compañeros de la
policía les agreden. El comentarista de los noticiarios de TV es el mismo. Se
enfrentan a una conspiración de largo alcance. Una busca el control policial de
la población, la otra mediante tejemanejes corporativos. Más/menos, objetivos
similares. Estos elementos conspirativos crean circunstancias sociales que
justifican la introducción de su "agente invencible" contra el
crimen.
Hecha esta comparativa, nos queda una
trepidante cinta de acción con memorable duelo aéreo entre helicópteros.
Leyenda del cine y éxito de taquilla que amenazan arruinar con una secuela (oh,
no) que, por supuesto, será más una exhibición de inclusiones que contar una
historia con concretos y dinámicos elementos impregnados de reflexión.
O sea: lo que hacen los auténticos buenos
relatos, ajenos a modas o modernos prejuicios.
Lo que sorprende de estas películas, para ir terminando, es la ausencia de celulares e internet, tan abundantes y absorbentes en nuestra cotidianeidad. Eso sí: fumaban como carreteros, sin que eso implicase el actual apoqueclipse caníbal de una Zoociedad muy manipulada y estigmatizada por los mensajes “ecolo-sanitarios” destinados a controlar hasta el aspecto más mínimo-nimio de nuestra intimidad.