domingo, 24 de abril de 2022

SERGIO LEONE — EL HOMBRE QUE ENSUCIÓ EL OESTE

 

Afiche. Poco se esperaba el equipo
de esta cinta lo que se avenía. Lo
iban a cambiar casi todo, con una
historia muy simple, directa, mas
llena de una provocadora energía
innovadora

Hasta el estreno de POR UN PUÑADO DE DÓLARES (soslayemos ahora lo de sus raíces japonesas, asimismo inspiradas en una novela de DASHIELL HAMMET), el western era un género impoluto… y moribundo. Apenas JOHN WAYNE podía mantenerlo a flote. Y pienso que SAM PECKINPAH estaba dándole vueltas a la imagen menos florida del Far West empero, por alguna razón, o no se lo permitían, o no se atrevía a dar el paso.

Por tanto debió esperar a que el italiano Sergio Leone mostrara un Oeste lleno de sudorosos personajes sin afeitar, en algún caso astrosos, y con muchas malas intenciones en las entrañas. Hasta el protagonista del sombrero bianco y sus Colts imbatibles mostraba tinieblas dentro de su carácter que cuestionaban su heroica estampa clásica.

El resonante éxito internacional de Por un puñado de dólares haría dos cosas, al menos: proyectar a CLINT EASTWOOD al estrellato; revivificar “en sucio” el género, ansioso de una transfusión de vitalidad porque agonizaba. Los estudios habían explotado el género hasta el agotamiento. Un plantel casi interminable de títulos lo confirman. En todos ellos, encontraremos una sucesión de clichés que hacen manidas, deleznables, dichas cintas.

Lo más absurdo: que el polvoriento entorno y las peleas a puñetazos, por no decir los disparos, no dejaban huella mínima-nimia en el protagonista, o aun sus enemigos. Ni se despeinaba, y si lo hacía, de un plano a otro volvía a lucir perfectamente atusado. Y si caía al barro, en absoluto éste se adhería a sus prendas. Por no hablar de actuaciones que parecían envueltas en celofán, con la beldad de turno semejante a un maniquí con faldas amplias estilo tienda de campaña y la lucha entre el carácter y la sumisión.

Leone reinventó con definitiva fuerza el Oeste. Creó escuela. Ensanchó fronteras. Incitó a otros géneros a arriesgarse, a ser más provocadores. Una tranquila revolución estética que ha producido más beneficios que desastres… a menos que abusen de su fórmula.