Los gigantes pelean con armas gigantescas |
Es grato no tener que notificar el deceso
de algún legendario autor gráfico; al menos, en esta entrada. No sé qué
ocurrirá en próximos días. Los famosos tienen esta desagradable manía de caer
en trío.
Por tanto, respetando sus fueros, muestro
una de las recientes planchas dibujadas de ¡PYRATAS!,
que está saliendo de puta madre magistral, por cierto. ¡Esto SÍ tiene MUY BUENA
PINTA!, no un trocito de viñeta copiada, encima, a obra ya existente. No. Copiada,
no: PLAGIADA. Es lo que tiene ser un pretencioso vago inútil: que cuando su arrogancia
acepta un desafío que no puede satisfacer, roba a otros con total descaro, y afirma
que es “invención propia”. Propios, los cuernos. Y qué cuernos.
Las páginas siguientes son aún más
salvajes, e imaginadas todas por mí. Tengo ese amor propio, ese prurito de
creador: buscar Buscar BUSCAR hacerlo cuanto más novedoso, que no original,
posible. Por dejar legítima impronta.
Para los mamarrachos cornudos el plagio. Esa gigantesca confirmación de su nulidad.