La pintura cargada de moderna polémica |
Atrajo poderosamente mi atención la mezcla
de confianza, seguridad y chulería que destila la imagen de BOND, JAMES BOND,
en este afiche. Hoy día, sin duda, sería al momento tildado de peligroso
exhibicionismo masculino tóxico por una caterva de... "elitistas"...
que ignoro de dónde sacan sus conclusiones, o en qué las basan. —Moda chupig(u)ay
aparte—.
La verdad es que, tras lo que leo de LIGHTYEAR, con la (nefasta) atmósfera de
lo "políticamente correcto" que han creado y asientan, esta pintura daría
un síncope nefrítico a los defensores de la cinta animada, extrapolándola, esto
es ("extrapolar" es la palabra de moda, al menos, esta semana) con la
ilustración que exhibo. Porque ahora todo discurre por unas sendas tan
brumosas, contradictorias y que ocultan determinados intereses que han
conseguido que numerosos eunucos peleles gubernamentales se arrodillen con
cobarde sumisión ante esos lobbys que, dictatorialmente, están procurando
estrangular nuestras vidas. Yo debo dejarte ser como tú quieras; empero tú me
impones ser como TÚ quieras que yo sea, en expresión, pensamientos y obras. Muy
democrático, no suena…
Por otra parte, de lo leído, deduzco que lo que molesta de Lighteyar es: ¿de verdad era necesario incluir la polémica escena de marras? ¿En verdad es tan necesario adulterar unos eficientes principios clásicos con un voluble ramalazo de "normalidad", que, insisto, persigue fines espurios? ¿No bastaba con contar una historia “a lo tradicional”, que sí iba a funcionar? ¿A qué viene hacerse los chupig(u)ays? ¿A quién eso beneficia?