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| Bueno, como es la moda, para que te presten atención, a veces toca transigir. Qué cosas | 
También esta vez resalto la adulteración de
nuestra solemne festividad patria de recuerdo de los difuntos (cuyas raíces se
hunden en otras culturas o religiones paganas, seguro) que el mercantilismo
televisivo ha realizado endosándonos el anglosajón Halloween, que a su
vez procede de esas culturas o religiones paganas.
Lo que fuese una exótica curiosidad ahora es
una especie de obligación a la que los niños, zombificados por la influencia
anglotelevisiva, arrastran a los padres a lo del “truco o trato”, con lo
tranquilos que estarían ellos viendo en su sala de estar ora el fútbol, ora
alguna serie o película que le estimule.
Empero hay que sacar a la escandalosa
chiquillería malamente disfrazada en busca de dulces o caramelos… no sé dónde.
En EE.UU., las casas de la TV disfrutan de bonitos jardines frontales donde apalancarán
pronto los PAPÁ NOEL fajados de luces de colores. En España hay puertas,
vallas, muros. Sólo en casa de los amigos podrá el niño pedir caramelos y
dulces. El resto no abrirán la puerta a potenciales ladrones o invasores.
Como cada año, destaco la perversión “religiosa”.
Veamos: hay muchos que condenan la Navidad por su naturaleza religiosa, que El
Corte Inglés (o ya no tanto) ha envuelto en una rutilante capa de celofán
mercantil para vender más Más MÁS esas fechas. El asunto básico es LA RELIGIÓN.
Esos ateos no pueden ponerse estupendos condenando la Navidad (o la Semana
Santa), para luego celebrar Halloween, que es una festividad de CARÁCTER
RELIGIOSO, aunque sea pagana desde el criterio cristiano.
Qué hipócritas, ¿no?
