¡Dale duro, reina! Le gusta |
Detesto el cine de terror; empero,
constituye un peldaño sólido para empezar una carrera cinematográfica. Ejemplos
dan SAM RAIMI o PETER JACKSON. Sólo precisa una espuerta de vísceras sanguinolentas,
varios planos interesantes, una “gritona” y otra tía buena para “morbificar” la
cosa. El público, ávido de guarrerías sin demasiadas complicaciones, colaborará
aun con entusiasmo. Pero, no; no me pone ese género.
Y el que no trago de ningún modo es el de
zombies. En THE TALKING DEAD intenté
mofarme del engendro, destacar todas sus encomiadas estupideces. Pero me
causaba tal repulsión y cansancio que mis letras manifestaron una total falta
de entusiasmo.
El zine
de zombies es el rey de la estulticia. Y que nuestra Sociedad le haya erigido
panteones es sigul de lo mal que está. Casi de pegarle un tiro en la nuca y que
deje de sufrir. No entiendo cómo ese zine
consigue tales adhesiones. Y no me engañan las presuntas zalamerías
socio-político-religiosas que quieren verle, el presunto elemento de crítica.
Bobadas. Sandeces. Ganas de hacerse el “políticamente interesante” para que la
recua te acepte.
Me recomendaron vivamente ZOMBIES PARTY. Para zombies, desde
luego, y party-rles las rodillas después. Para cráneos sin sesos y aspiraciones
profesionales o personales nulas. Definirla “para espectadores poco exigentes” es elogiarla aún. Vaya basura. Huye
de ella como del Diablo, hijo.
En resumen: Terhli expone mi punto de
vista de forma más gráfica.
Vuestro Scriptor.
También en: http://unahistoriadelafrontera.blogspot.com/