…y hablando de temas puramente
profesionales: para dibujar empleo tres gomas de borrar distintas; la ya
encomiada MILAN de nata, otra
denominada (según el tendero) “de migajón”, (esa grande capaz de durar para
siempre —o lo parece—, y que voy fraccionando en pedazos más manejables, con el
ahorro que supone, pese a la “fuerte” inversión inicial) y, para los trazos a
lápiz “difíciles”, esos que no desaparecen ni siquiera con la efectiva pasada
de la goma de nata, una de tinta.
Cuidado con esta última porque es muy
abrasiva, y puede comerse el papel enseguida. De casualidad descubrí esta
cualidad de dichas gomas, porque para lo que se supone que sirven (borrar
tinta), no valen.
Otro día hablaremos de los lápices.
Vuestro Scriptor.
También en: http://unahistoriadelafrontera.blogspot.com/