"Con este espadón, Kamarada Presidente, nos libraremos de la Ultraderecha Golpita", promete el Vicrepresidente, que, hasta en su chalet, ha demostrado estar enfermo de complejo de inferioridad. ¿No que lo compra en una zona exclusiva-excluyente de gente adinerada? Vaya ejemplo de líder proletario-komunista |
Admirando el tamaño brodignaniano de las
esculturas, más allá del poderío propagandartístico de celebración victoriosa que
persiguen, alcanzo a comprender que el komunismo es en verdad una pequeña cosa
asustada, acomplejada, que intenta aparentar, como el gato que se esponja para
parecer mayor ante la amenaza, que es mucho más de lo que, en realidad, es. Aun
lo confirman sus actos, desmesurados (purgas, genocidios, locas teorías
conspiratorias golpistas, desfiles, manifestaciones,
misiles...). Pelean por edificar un aplastante volumen aparatoso de lo que sea destinado,
más que para amedrentar al rival, a infundirse ánimos a sí mismos, esperando ignorar
el aborrecible empero cierto complejo de inferioridad que los socava.
En sus krímenes son igual de
espeluznantemente gargantuescos. Los nazis, eludiendo la Segunda Guerra
Mundial, ¿a cuánta gente llegaron a matar desde 1933, fecha de apertura de los
campos de concentración? Seis millones de judíos. Supongamos que, entre
disidentes, komunistas y gitanos, tres o cuatro más. ¿Llegan a los diez
millones? ¿Los sobrepasan quizás en otro millón?
El komunismo ha matado a cien millones de
personas… hasta ahora. Sólo en el Gulag liquidaron a treinta y tres millones.
MAO mató a cincuenta millones de chinos de hambre. Por un capricho de no sé qué
majestuosa obra faraónica que pretendía… anular la agobiante sensación de
inferioridad que corroe al komunismo.
Estoy seguro de que cualquier psiquiatra admitirá que, fuera de la pura Propaganda, hay ahí un descomunal complejo de inferioridad que así intentan compensar |
España, 2020. El hijo
del terrorista y su banda sin cesar hablan de golpistas en la Guardia Civil, el
Ejército, la Oposición. No se les ocurre un enemigo mayor (lo buscarán, ya lo
veréis) que denunciar o querer anular. Generan esa mórbida megalomanía (¡nada
menos que todo un país en peligro!, que ellos “salvarán”) para compensar su rampante
complejo de inferioridad. Komo komunistas ke son, obligados están a seguir la
pauta y estampar su huella en la Historia. (Por cierto: la “mayor amenaza” son
ellos.)
Si no fuese por su capacidad para la radikal
violencia expeditiva, los komunistas deberían dar ataques de risa. Su ansia desesperada
por la grandiosidad, ideológica, kriminal, escultórica, dejar indiferente. Mas
está esa inquietante ferocidad suya por ensangrentar las calles, en última
instancia otro rasgo de su enfermizo delirio por anular su complejo de
inferioridad.