El principal motivo para publicar esta
entrada hoy, fecha importante en nuestra Historia reciente, es destacar que un
“Gobierno” que negocia de igual a igual ni escrúpulos con despreciables
terroristas sanguinarios, a los que estrecha la mano y estima unos chicos
excelentes, necesarios para el buen funcionamiento de nuestra democracia, o las
mierdas que quieran inventarse para intentar justificar lo injustificable, no
tiene autoridad moral ninguna para condenar el Régimen de Francisco Franco, se
pongan como se pongan sus más moñas y coños más pútridos.
Estamos en las mismas de siempre con la
Izquierda: su desmemoria selectiva, hipócrita y cínica. Unos son muy malos
Malos MALOS de verdad, por ser de Derechas. Los otros, bueno, pues como son de
“los nuestros”, aunque anden un poco “desviados”, con unos métodos que… ¡Los
mismos que los otros, oiga, lo mismo que cuando Franco…! No podemos
condenarles, ¡oiga!, que la Derecha es peor. Y éstos, aunque “desviados”, son
amigos… demócratas… Y así, ad infinitum, un repugnante discurso
exculpatorio maquiavélico que justifica los medios con tal de obtener su fin. Que
lo hagan los otros. Ya verás la berrenda.
No. Esta Izquierda NO PUEDE condenar al Franquismo, ni debemos permitírselo. No, mientras no esté rotunda e inequívocamente dispuesta a condenar a “los suyos” con igual energía, relegándoles al oscuro rincón de los genocidas donde deben morar “los desviados”. Ese vergonzoso episodio, al menos, nos mostró sin ambages las inmundas entrañas de este “Gobierno”, su completa falta de empatía con las víctimas, su afecto por los verdugos, evidenciando la bajísima calidad de su moral o decencia.