Pudiera haber mejores pinturas para describir el talento del finado RICHARD CORBEN, pero ésta refleja su pasión por el naturalismo miguelangélico "sixtino" |
Reciente sabido: Richard Corben fallece a
los ochenta años. Empero, ¡no es el único! El no menos legendario “metabarón”
Juan Giménez también nos abandonó (noticia a la par conocida), con lo cual la
Historia de la Historieta pierde dos grandes talentos más. Que hicieron época,
encima.
Llevamos “racha”
al respecto, y me pregunto si, faltándonos genios tan inspiradores, los
reemplazos sabrán estar a la altura. En lo gráfico, fijo que sí. Sobran autores
con talento y proyección. La auténtica cuestión es si van a estar a la altura histórica. Me explico:
Dado el actual clima de radical
feminazismo
femimccarthista coreado por una patulea de peleles y eunucos
zombificiados por el adoctrinamiento “tus cojones son la amenaza” (o disparate similar),
¿se atreverán esos nuevos autores, que parecen pisar cáscaras de huevos aterrados
por el zarandeo salvaje al que les sometan en las fétidas redes sociales,
víctimas de la neocensura producto de la Izquierda que siempre critica las
viejocensuras (para aplicar una más Más MÁS opresiva) a hacer la historia que
tiene, digamos, Corben?
Un señor casi underground famoso por sus superdotados machos y neumáticas hembras
que desafiaba un conservadurismo gráfico en el cual creció y que, me parece, pensó
se debía “escandalizar” tal como su trazo hacía. No pienso tampoco lo hiciese por
“política”, o por ir de “revolucionario innovador”.
Era su estilo; le molaba hacerlo así;
comprendía que había cercas que saltar y pastos de creatividad que hollar
allende estas vallas, creatividad que consideraba encorsetada por miramientos
mediocres y pavadas hipócritas, y la pértiga, para saltar las estacadas, o las
tenazas para cortar las alambradas, estaban en su manera de dibujar. Lo aplicó.
Una imagen doliente, hasta feérica, basta para demostrar la grandeza de JUAN GIMÉNEZ, detallista |
Sobre Giménez no puedo decir lo de “revolucionario” o “innovador”. Su Arte (así, con A mayúscula) era más académico, lo cual sin embargo le permitió regalarnos splash pages impresionantes o viñetas memorables que quedan en el recuerdo más vivo y actual. Su extensísima obra, procedente del Cono Sur Americano, es otra muestra de la universalidad del talento, el genio, la creatividad. No es exclusivo de los Estados Unidos de las Américas, como parece. (Aunque sí es más influyente.)
Puede que Giménez escape algo mejor a la
agresividad femimccarthista que nos asfixia con sus cagadas,
resentimientos y proclamas fanáticas cimentadas por descerebrados de la
progresía más lesiva. O no. Quizás ‘descubran’ “algo”
que a sus desquiciadas
mientes les parezca ofensivo. Lo que sí nos queda, no obstante, es la
abundante, provocadora, fértil e imaginativa obra de estos dos Grandes Nombres
de la Historia de la Historieta, para su continuado disfrute… Al menos, hasta
el momento en que tengamos la suerte de conocerles, digo yo, en una orilla del
Mundo del Río.
(Donde espero poder entonces preguntar a PHILIP JOSÉ FARMER por qué no incluyó algún Conquistador español entre los que buscaban la Torre de las Nieblas. Por PIZARROS, CORTÉS o PONCES DE LEÓN no quedó…)