domingo, 1 de agosto de 2021

UN HOMBRE LLAMADO CABALLO — ¿PRIMERA ADAPTACIÓN DE UNA PRINCESA DE MARTE?

 

Tómese por ejemplo del texto este
afiche para empezar a ilustrarlo...

Hace muchos años que vi esta película protagonizada por RICHARD HARRIS, y algunos elementos puedo tenerlos borrosos. Empero la idea central predominante es la de Harris aclimatándose a las costumbres de los indios norteamericanos.

¿Dónde hallé un paralelismo? En el vigoroso virginiano JOHN CARTER, cuando de ese modo enigmático, nunca explicado (o satisfactoriamente), apareció en Marte-Barsoom, donde, ¡oh, maravilla!, lo atrapan los verdes indígenas que le esclavizan, mas luego conoce a la gente de piel roja (y hermosa por los cuatro costados, menos los ruines, que tenían defectos físicos —tópico de la narración de aventuras; o quizás no sólo de este género: MR. SCROOGE tampoco estaba descrito de apolíneo aspecto—), que le abre sus palacios de riqueza excesiva, su ciencia antigravitacional y seductoras princesas, mientras los nativos verdes siguen en sus graves planicies, acaparando rasgos de brutalidad, sadismo y tecnofobia mientras, seminómadas, moran en las fastuosas ruinas de las ciudades de los hombres rojos barsoomianos (también en reflujo).

Presentes estos elementos, ¿puede negarse la correlación? Los pielrrojas de Harris trasuntan los hombres rojos barsoomianos. Le introducen en su cultura. Los hombres verdes pueden ser alguna tribu rival, o aun elementos de la fauna, como osos o lobos. Integrados en el gran ciclo de la vida, pero amenazantes.

...y compárese con este más 
fantasioso, aunque en esencia
compartan la misma idea

Además, John Carter, asediado en su momento por los indios, estaba imbuido del espíritu del Destino Manifiesto del colono estadounidense. Pareció intentar ir alojando ciertas costumbres del hombre bianco (protestante, maquinista, comerciante calvinista) entre las barsoomianas, aunque su éxito fue relativo, pues se engolfó más (y con agrado) en los preceptos socioculturales de Barsoom. Quizás porque… este republicano se hace prínceps, cargo regio que este republicano no rechaza, como debiera ser (o se supone). Así de fuerte es el ideario republicano al respecto: apenas les ponen una corona por delante, reniegan de sus principios. Bendita hipocresía.

Tal como John Carter de Marte fue filmado (fatal, por faltarle todo el subido exotismo fetish con el cual EDGAR RICE BURROUGHS impregnó las novelas, en el cual barrenaba), puede considerarse a Un hombre llamado Caballo más John Carter que ese John Carter de Disney.