domingo, 27 de junio de 2021

EL PÁJARO BURLÓN, ADDENDA — ASÍ FRAGUAN LA ESPAÑA 02050

 

Por motivos de espacio, en la
reseña madre quedaron cuestiones
pendientes por comentar. Como,
por ejemplo, por qué
mockingbird
se traduce unas veces ruiseñor y,
otras, pájaro burlón

Por su estructura (esfuerzo que creo WALTER TEVIS hizo ex profeso, para eludir incómodas cuestiones políticas personales, empero obligadas si compones una distopía de estas universales proporciones socioculturales), novela narrada por tres personajes, situada en una Tierra del siglo XXV donde el alfabetismo es absoluto, y la residual población está siempre dopada, con lo cual no siente curiosidad (ni siquiera el principal narrador, que no indaga durante su odisea por saber quién dio la orden, o cuándo, o por qué de todo esto), no sabemos cómo se logró la situación que coloca a la Humanidad al borde de la extinción.

Sólo queda claro que “todo se dejó a los procesos automáticos” (al decir de Moderan); o sea: una legión de robots se ocupa de todo mientras la flipada Humanidad se introduce en sí misma buscando la Superioridad Tántrica y la Individualidad, alcanzando grados de autismo absoluto. Casi es delito conversar con alguien salvo unos instantes, pues extenderse se considera invadiría la sagrada Intimidad del otro. Todo eso, sin embargo, lo propuso alguien. Un gobierno a escala global, intuyes. Con concreto fin. Y no creo fuese alcanzar el Nirvana.

¿Cuándo? ¿Tras la sugestiva Muerte del Petróleo (una secuela de la crisis del petróleo de Década 70, refinada en MAD MAX), o la Tercera Guerra Mundial (peligro aún latente, por poco que hablen ahora de tensión nuclear entre superpotencias)? Y ¿qué ideología respaldó tener drogados a todos, criados y adoctrinados en instituciones mecanizadas, hipnotizados con elaborados programas propagandísticos?

Sospeché que esa pedagogía del Aislamiento, la Individualidad y la búsqueda de un yo sublime/tántrico (mas sin ninguna realización taoísta detrás), burlando los progresos materiales, procedía de un decidido afán estatal de impedir al ciudadano comunicarse con semejantes. Pensase. Compartiese. Comparase. Criticase. Opusiese.

Auguran que, dentro de unos
años, ésta no será la única guerra
que libraremos; por el agua, las
materias primas, el suelo...

Si no hablo contigo, me hundo en mi mundo íntimo, al cual accedo tomando drogas por el Poder suministradas, quedo zombie, ¡natural no se inquiete el Gobierno, por tiránicas que sean sus medidas! No me rebelo, ni revelo. Acepto. Este Orden, como el IngSoc de 1984, forjó demoledores eslóganes para fortalecer su política: No preguntes, relájate, y: Si dudas, olvídalo.

¿Qué pasa hoy en España? Tomaron una tiránica decisión de fraude de ley (indultar a terroristas golpistas, líderes de una perniciosa ideología xenófoba), y el pueblo, ¿qué ha hecho? En vez de manifestar viva indignación, la acatan complacientes. Se metieron un soporífero por el culo y recitaron: No preguntes, relájate. Y si, pese a todo, le planteaba dudas la cuestión, apelaron al otro mantra: Si dudas, olvídalo. ¿Vas a alborotar por esto? ¿Qué crees puedes ganar; dignidad, justicia? Let´s the river run, macho. Así es como nos quieren: sumisos.

Lo rematan acudiendo al Yo Interior Cybernético de las redes sociales para aislarse de la realidad y las responsabilidades que les corresponden. Así fraguan 02050, señores.