Reclamo vuestra atención sobre esta noticia, porque tiene tela de enjundia, y es orientativa de los
procelosos tiempos que estamos viviendo.
Si la alusión que hacen a JANE AUSTEN es
exacta (imperialista pro-esclavista que de forma subconsciente te inspira a
imitarla al leerla), y el profesorado que imparte clases se pronuncia tan
tajantemente (recordar que aquí venden los libros de la Austen como los de una
pionera de la literatura feminista), acaban de cargarse TODA la literatura, sea
clásica, universal o contemporánea.
Un ejemplo nocivísimo para ellos es, pues,
EDGAR ALLAN POE. (Por citar, a voleo, uno de tantos contemporáneos de la
Austen.) Un reconocido esclavista con concepciones del romance hoy estimados
machistas, blablablá, capaz de llegar al duelo a muerte si se terciaba, casado
con su prima adolescente, y demás leyenda urbana negra del escritor virginiano
que le hayan endilgado.
E, insisto, si piensan juzgar a los
literatos clásicos con estos neoestándares "liberales" que inventó no
sé quién, algún desmedido bujarrón oportunista rodeado de bolleras-camioneras
sin cerebro, ¿qué vamos a leer, que esté aprobado por estas
"eminencias"? ¿Somos imperialistas pro-esclavistas por leer ROBINSON CRUSOE, o LAS AVENTURAS DEL BARÓN DE MÜNCHHAUSEN? ¡Agárrate, JULIO VERNE!
Acabas como TINTÍN: ardiendo en una hoguera canadiense...
Lo que debemos terminar es con este tipo de
aberraciones
culturales, considero.
[Insisto: si muestro tanto TANTO interés pongo en orear estos temas es por la simple razón de que mi propio trabajo está AMENAZADO por esta corriente de cretinismo neopuritano que, de nuevo, viene de la Izquierda, la que TANTO tanto critica la censura franquista, pero, mira por dónde, ellos imponen una mordaza más férrea aún.]